La vocalía de Rosenkrantz envió a Tiempo Judicial un comunicado escrito personalmente por el presidente en el cual expresó que todas las “acusaciones son infundadas”. “Hace tiempo soy blanco de una persistente campaña de desprestigio en distintas publicaciones y por parte de distintas personalidades. Me atribuyen falsamente inconductas, irregularidades y delitos de distinta naturaleza”, señaló Rosenkrantz alzando la voz contra las críticas kirchneristas. Comunicado Completo.
En sí, en la Cámara de Diputados de la Nación, hay varios pedidos de juicio político presentados contra el presidente de la Corte Suprema desde 2018. El último lo presentó Vanesa Siley, también consejera, por beneficiar a represores en causas como “Muiña” o “Blaquier”, entre otras acusaciones.
En la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados, que preside la santafesina Josefina González de Frente de Todos, ya hay acusaciones contra Rosenkrantz por el fallo del 2x1 a genocidas, en 2017, por la causa entre la municipalidad de Quilmes y la petrolera Esso, y en la disputa de YPF contra La Matanza. En tanto, una tabacalera argentina lo acusa de favorecer a las multinacionales. La empresa argentina reveló que el juez no se apartó del litigio a pesar de que su hija trabaja como abogada en un estudio que defiende a Massalin Particulares.
El presidente de la Corte no respondió sobre estas causas en las que ejerció como abogado litigante, sino en las que intervino e interviene como magistrado que es solamente desde 2016 cuando fue designado en la CSJN por Macri, tras el fallido DNU.
Desde la falsa imputación por 71 cuentas en el exterior para cobrar sobornos, el fallo “Muiña” y “Batalla” por el beneficio del 2x1 a represores, hasta la supuesta intervención cuando ejercía la profesión de abogado en una quiebra fraudulenta de una empresa que tenía una franquicia de una hamburguesería en Pinamar y Villa Gesell. “Ambas fueron desestimadas por el juez Rafecas”, explicó el juez quien agregó que “las acusaciones son completamente infundadas. No he incumplido deber funcional alguno”.
Rosenkrantz rebate cada una de las acusaciones que consideró "infundadas" y también los conflictos de intereses en sus funciones como abogado de empresas y hoy juez de la CSJN: "La promoción del juicio político también menciona imprecisamente presuntos conflictos de intereses que supuestamente me obligaban a excusarme en distintos casos. Nunca intervine en una causa en la que tuviera obligación alguna de excusarme. Desde que fui designado juez, me excusé en todas las causas en las que se configuraban las causales de excusación obligatoria. Respecto de la excusación voluntaria, adopté como criterio excusarme o abstenerme de participar cuando consideré que mi participación en la causa podía generar dudas sobre mi imparcialidad en una persona razonable y, con ello, afectar la decisión que habría de adoptar la Corte".
“Una cosa es el juicio político, que apunta a destituir a un juez por incumplimiento de sus deberes, y otra cosa es el juicio motivado por intereses políticos, sectoriales o de otro tipo. No he incumplido deber funcional alguno”, cerró el presidente del Máximo Tribunal de Justicia de la Nación en un octubre que se presagia más álgido que septiembre, con la definición por penales de los votos de la Corte por los traslados de los jueces federales Bruglia, Bertuzzi y Castelli.
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