La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la inocencia de Carlos Carrascosa por el crimen de su esposa, María Marta Belsunce, ocurrido 18 años atrás. El máximo tribunal dejó firme su absolución y desestimó la última apelación que había presentado el Ministerio Público Fiscal bonaerense.
De esta forma, el viudo podrá formar parte de la querella en el juicio que se realizará el próximo año y que señala como acusados a Nicolás Pachelo y al personal de seguridad del Carmel: José Ortíz y Norberto Glenon.
El abogado de Carrascosa, Fernando Díaz Cantón, expresó en diálogo con Tiempo Judicial que tenía la expectativa de este resultado, porque “desde el punto estrictamente jurídico no correspondía que la Corte tratara el recurso del Procurador de la Provincia, era una discrepancia de la valoración de la prueba que había hecho Casación en la sentencia absolutoria”.
“No era un caso de arbitrariedad como para justificar la competencia de la Corte Suprema, que es excepcional, aunque es cierto que muchas veces la Corte se ha metido en cuestiones de valoración e incluso en cuestiones de interpretación jurídica, pero cuando es absolutamente razonable”, explicó.
El letrado señaló que desde el momento que su estudio tomó el caso, en el año 2009, Carrascosa ya estaba condenado y todo el trabajo fue “tratar de revertir esa situación, y eso se logró finalmente en el año 2016”, cuando se dictó su absolución. Asimismo, remarcó que luego se intentó “mantener ese status quo y que no se revirtiera”.

Además, agregó que Carrascosa tiene como meta seguir adelante el juicio contra Pachelo y los otros imputados en la causa. “La situación de incertidumbre se despejó recién ahora, estaban acusados por el Ministerio Público Fiscal dos personas por el mismo hecho, que era absolutamente incompatible porque si la mató Pachelo no la podía haber matado Carrascosa y viceversa”, remarcó.
“La percepción que tengo es que se avecinaba la prescripción de la acción penal y la Corte no quería que se prescribiera la causa en sus manos”, concluyó.
Consultado por el documental sobre el caso que estrenó la plataforma Netflix, Díaz Cantón dijo: “La serie tiene un costado humanitario, ya que muestra a las personas, cómo han envejecido y cómo se han dolido, pero por otro lado también es muy tendenciosa. Tiene una clara orientación hacia la teoría de la conspiración familiar por más que se pueda mostrar imparcial. No ha sido una ayuda”.
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