Si bien amaneció soleado y con el cielo despejado, en el salón principal de Tecnópolis no hace tanto calor. El espacio es bastante grande, ventilado, casi no hay proximidad con otras personas, así que no se acumula nada de calor humano. Las mesas de exámenes tienen casi dos metros de distancia entre sí, una silla, computadora y una lámpara para aclarar la vista sobre los teclados negros. 

Es el primer ciclo de exámenes en la historia que el Consejo de la Magistratura de la Nación organiza de este modo, modo pandemia. Esta parte durará, incluso, hasta mediados de mayo. El tiempo que tomará realizar las 25 pruebas escritas, casi tres por semana. Se busca la ocupación de 40 vacantes entre distintos agentes del Poder Judicial. Hoy, rindieron examen 55 postulantes entre los cuales habían jueces "mediáticos", ausencias notorias y presencias sensibles para un cargo que lo amerita.

Pero la adaptación más importante, quizás, sea la perspectiva de género. Una demanda social que retumbó en el mismo Poder Judicial, lo presionó sin dejar otra opción que la autocrítica y el cambio. Se materializó con el propio jurado de este concurso, que fue formado necesariamente con una mujer que evaluará, además del examen, en donde la perspectiva de género será evaluada.  

¿Es el comienzo de una nueva justicia con perspectiva de género?

En esta fecha, se busca nada más ni nada menos que ocupar dos cargos en la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de La Capital. ¿Quién ocupará de forma legítima los puestos de Bruglia y Bertuzzi?

Luego, en las próximas semanas, los cargos a cubrir serán en la Cámara en lo Contencioso Administrativo, la Cámara de La Plata, del Trabajo, de la Seguridad Social, Juzgados Federales 6 y 11 tribunales orales de la Capital y varios en el interior del país.

El método de evaluación es, en un principio, bastante sencillo. A cada uno se le entrega, azar mediante del bolillero, un sobre cerrado con una cantidad de casos que varía según el cargo al que aspiran. Las respuestas son evaluadas por cuatro docentes de universidades nacionales. Todo el periplo debe tardar hasta ocho horas como tope.

Cerca de las 8:30 de la mañana el bolillero repartió los sobres con los casos, algunos esperaron impacientes en la sala, otros mediante videoconferencia. Todos los que participan de la prueba pudieron acceder hasta la puerta misma del salón en su auto particular. Al entrar al predio los recibe personal de seguridad que los registra y los deriva hacia el lugar del examen.

Luego, presentan una declaración jurada referida a su estado de salud y contactos estrechos según el protocolo para prevenir el Covid -19. Se les prohíbe entrar si registran temperatura superior a los 37,5. Y como es lógico, deben permanecer con el barbijo mientras estén en el salón.

Los nombres conocidos están en ambos lados, los que vinieron y los que no; los que perdieron esta oportunidad. Entre los que decidieron pasar esta chance están los jueces federales de Comodoro Py Marcelo Martínez Di Giorgi, Julián Ercolini, Sebastián Ramos y el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena. No se presentaron al examen, quedaron fuera de la carrera por el cargo de camarista que tuvo en el ojo de la tormenta a Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi quienes judicializaron sus traslados justamente a la Cámara Federal porteña, que hoy empezó los exámenes para buscar sus reemplazantes. Bertuzzi se presentó, Bruglia ni se anotó.

Por el lado de los presentes con la oportunidad de ascender a camaristas en un fuero de alto voltaje son los jueces federales Pablo Bertuzzi, Sebastián Casanello, Javier López Biscayart y la fiscal federal Cecilia Incardona. Ellos esperarán el resultado con la esperanza de ser seleccionados.

La tarde se hace larga. No tienen permitido el contacto con otros, solo tienen licencia de ir al baño o un refrigerio. Incluso, deben tener los celulares apagados. La resolución del examen mantiene a todo el mundo concentrado, pensativo. Es el día para demostrar experiencia e inteligencia.

Se puede ver, entre las caras, aquellos que tuvieron mejores resultados y que terminan sus casos, pero también están los que se complicaron y deberán apretar el acelerador sobre el final. La tarde acumuló temperatura en Tecnópolis, ya no es como en la mañana, pero en general está bien.

Cuando todo finaliza, el jurado recibe una copia del examen cerrado y de forma anónima. Para que no haya favoritismos todo está en clave. Al principio, se usó una numérica, luego es cambiada por una alfabética. Tudo bom, tudo legal. El examen consiste en el planteo de casos reales o imaginarios para que el concursante proyecte una resolución jurisdiccional como debería hacerlo estando en el ejercicio del cargo al cual se postula.

La cantidad de casos varía según la competencia material del tribunal que se concursa. Si el postulante concursa para un cargo con una única especialidad como por ejemplo: penal, serán como mínimo 4 casos que son guardados en sendos sobres. Y si tiene más especialidades como pueden ser las competencias de un juzgado federal o una cámara del interior serán al menos 8 casos a resolver. Deberán siempre incluir cuestiones que permitan evaluar la perspectiva de género de los postulantes.

La intención de este año de la Magistratura era poder afinar conceptos como la transparencia, la claridad, la formación, la perspectiva de género y por sobre todo el compromiso. La tarde terminó y el examen igual. Cuando sea calificado, recién ahí se establecerá con las claves la identidad de cada uno, pero, sobre todo, se establecerá su nuevo futuro junto con la responsabilidad de muchos más en un cargo caliente como lo es la Justicia Federal de Comodoro Py.