En un nuevo aniversario del último golpe cívico-militar, el gremio de empleados judiciales recordó la historia de los trabajadores que fueron detenidos y desaparecidos por su militancia y cercanía con la histórica Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN).
El secretario general de la UEJN, Julio Piumato, destacó en diálogo con Tiempo Judicial a sus compañeros y su tiempo detenido, también a causa de su militancia política. “Hubo 17 desaparecidos, incluso, estuvo detenido el presidente de la unión de empleados en esa época, Ricardo García Conte, que unos años luego de que lo liberaron falleció, nunca logró recuperarse de lo que sufrió”, indicó.
Este número contabiliza el gremio pero a nivel provincial también hay casos como es Enrique “Quique” De Pedro, padre de Eduardo De Pedro, quien fue delegado del Jugado Laboral N°7 de la Ciudad de Buenos Aires.
Piumato estuvo siete años preso, y fue liberado en diciembre del 1982. De su círculo íntimo, afirmó que fue “uno de los últimos que salió en libertad”.
En la madrugada del 1º de junio de 1976, una patota de la Superintendencia de Seguridad Federal llevó a cabo varios operativos en los que se detuvo ilegalmente a delegados de la UEJN, entre ellos estaban el actual secretario general del gremio.
Los secuestradores del centro clandestino Coordinación Federal querían saber dónde estaba Wenceslao Caballero, el responsable máximo de la JTP Judiciales, quien sería asesinado en un enfrentamiento mucho después, en marzo de 1977.
Todos los militantes de la UEJN detenidos ilegalmente el 1 de junio de 1976 fueron interrogados con violencia y torturados. Estuvieron desaparecidos cerca de 10 días, los blanquearon en la Alcaidía de Tribunales. Algunos recuperaron su libertad meses después, como Moldes, otros estuvieron años presos, según contó Página12.
Julio lamentó que los detenidos desaparecidos fueran muy jóvenes: “La mayoría teníamos de 20 a 25 años, éramos muy chicos. Obviamente había algunos que eran mayores, pero todo el resto éramos sin dudas unos jóvenes. Yo tenía 24 años cuando me detuvieron”.
Haciendo memoria y teniendo memoria, Piumato recordó que cuando ocurrió el golpe de Estado en 1976 el gremio tenía pocos años de su creación. “Nuestro gremio nació en el 71’, así que no tiene mucha historia para atrás, y muchos de los que estaban, que fueron detenidos y desaparecidos, eran muy conocidos y fueron muy perseguidos”, mencionó sobre el nacimiento del sindicato denominado “Unión de Empleados de la Justicia de la Nación”, y subrayó que a los compañeros “los que conocimos los recordamos como vivían, con los sueños que tenían, con sus aptitudes, la justadas y las guitarreadas”.
El secretario general, expresó un gran orgullo al reconocer que siempre los compañeros están presentes. “Lo que hicimos desde que asumimos la conducción del gremio en los 90’ fue homenajearlos, no solo el 24 sino también el 16 de noviembre que es el Día del Judicial”, destacó y afirmó que se hace “para que no sean un mero nombre, sino que tengan una historia”.
“Fueron colgadas sus fotos en los lugares donde trabajaban, y cuando ese juzgado se mudó, lo hicimos a donde se mudaba, siempre con ellos presentes”, explicó el líder de la Marrón que también ejerce como secretario de Derechos Humanos de la CGT.
En esa sintonía, celebró que “muchos familiares vienen a los actos”, para mantener la memoria vigente, pero también admitió que en algunas oportunidades “hubo atentados en los recordatorios, por ejemplo, las fotos de Carlos Malvino y Julia Lozano Bulrich, que estaban en un pasillo en Callao y fue rota, tuvimos que hacer otra cosa y quedó bajo protección del juzgado, y en esa oportunidad asistió el hermano de Julia”.
En cuanto a las causas y las investigaciones que se hicieron por las desapariciones, aseveró que “hace unos años se encontró a través del Equipo Argentino de Antropología Forense los restos de Laura Serra, se pudieron enterrar el cementerio de Chacarita, y así van apareciendo cosas muy sueltas”, rememoró Piumato.
En la provincia de Córdoba, el gremio local homenajeó hace dos años a cinco empleados desaparecidos en dictadura a quienes también le realizaron un “desagravio”. Los cinco empleados del Poder Judicial son Silvia Raquel Bertolino, Carmen Graciela Rivero, Juan Carlos González Velárdez, Aníbal Carlos Testa y Alberto Marcelo Oro.
En 2018, el Tribunal Superior de Justicia cordobés dispuso que en los legajos de cinco trabajadores desaparecidos durante los '70 se inserte esa condición de “víctima del terrorismo de Estado”. La medida reparatoria viene a salvar la información que durante 40 años vienen incluyendo esos legajos laborales, donde sólo consta que se trata de una interrupción del vínculo por "baja", "suspendido", "cesante", "despido" u otra forma que no se relaciona con la realidad.
Como cierre, Julio mencionó nombre por nombre, como el listado de un colegio a cada uno de los empleados desaparecidos en dictadura. Parte por cariño, parte por su lucha ante la pérdida de la memoria.
Los trabajadores del Poder Judicial desaparecidos son Wenceslao Caballero, Laura Serra, Julia Lozano Bullrich, Roberto Vera Barros, Esteban Ojea Quintana, Ignacio Ojea Quintana, Jorge Sanz, Verónica Basco, Gustavo Varela, Guillermo Díaz Lestrem, Nelly Ortiz y Enrique De Pedro.
Además, Carlos Malvino, Carlos Gatto, Álvaro Colombo Sierra, Alicia Mallea y Alberto Maidana Casco. Las fotos que ilustran esta nota reflejan mayoría de personas desaparecidas, menos Piumato.
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