El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) exhumó restos de cuerpos enterrados como NN en el cementerio de Villa Paranacito, provincia de Entre Ríos, y ahora buscará extraer perfiles de ADN para intentar determinar si se trata de víctimas de los vuelos de la muerte durante la última dictadura militar.
El EAAF realizó la exhumación de fosas/tumbas registradas como NN en el cementerio entrerriano y también lo harán en Ibicuy en el marco de la causa que investiga los llamados "vuelos de la muerte" que se realizaron en el delta del río Uruguay. Se buscará identificar víctimas de la última dictadura cívica-militar ocurrida en el país que pudieron sufrir estas prácticas. El relevamiento documental también abarcará las zonas de Zárate-Campana y San Nicolás-Rosario, conectadas con el delta por el río Paraná .
Fueron en total siete tumbas que habían sido señaladas por el sepulturero que trabajó en esa época en el lugar. La Fiscalía Federal de Concepción del Uruguay, dirigida por Josefina Minatta, que está a cargo de la instrucción de la causa, consideró de suma importancia este testimonio.
“Este paso es central en la causa. Tenemos la esperanza de poder ubicar e identificar víctimas del terrorismo de estado que continúan desaparecidas”, señaló Minatta y agregó que el trabajo “permitiría conocer el contexto de los vuelos que sucedieron en Islas del Ibicuy, saber de dónde provenían, quien era el responsable y también de qué centro clandestino venían las víctimas. Pensar en imputaciones y en llevar el caso a juicio oral”.
Según trascendió en información de un periodista local que habló de "vuelos de la muerte" entre 1976 y 1980, el sepulturero recordó que en esos años personal de la Policía y de Prefectura Naval Argentina llevaron cuerpos en varias oportunidades. La macabra metodología era dejarlos tirados en el muelle del cementerio, sin cajón, sin identificación y sin ningún tipo de cuidados, para que él los enterrara.
Pablo Seró, juez federal que interviene en la causa, ordenó la exhumación de los restos enterrados sin identificación, como ya lo había hecho en otros lugares hace dos semanas. Pero serán los antropólogos quienes definan si se deben realizar excavaciones en otros lugares del cementerio.
Cabe destacar que el EAAF es un organismo experto en la temática que ha realizado esta labor desde hace muchos años, en territorio nacional e internacional por pedido de distintos gobiernos que desean investigar hechos de naturaleza similar.
Entre el lunes y el martes seis antropólogos del EAAF, coordinados por Carlos Somigliana, trabajaron en el cementerio de Villa Paranacito. En el lugar estuvieron el juez de la causa, Pablo Seró; la fiscal Minatta, la defensora Julieta Elizalde; el fiscal de Rosario Adolfo Villate y abogados querellantes. También presenciaron los trabajos representantes de los organismos de derechos humanos y familiares de desaparecidos de Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Paraná; del Registro Único de la Verdad y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
La causa
Según contó Ailín Bulletini en Página12, la causa por los "vuelos de la muerte" en el Delta entrerriano donde los genocidas de la última dictadura militar desaparecieron personas arrojándolas a las aguas de los ríos nació fue una denuncia del año 2003.
Una persona reflotó una historia que le había contado su entonces pareja décadas atrás: la aparición en la orilla de uno de los ríos del delta de un tambor de 200 litros --de esos que se usan para guardar y transportar gas oil-- con un cuerpo dentro. El periodista Fabián Magnotta se dedicó a recolectar más testimonios de pobladores que vieron aviones y helicópteros arrojar bultos a los ríos, cuerpos que aparecían horas después flotando en la orilla de las casa, o trabados en los árboles de los montes.
La investigación de Magnotta, editada en el libro “El lugar perfecto”, sirvió de mapa de ruta para la fiscal, cuyos primeras medidas en el marco de la investigación --2018, pedidos de informes a autoridades-- arrojaron resultados a principios de 2020, cuando aparecieron partidas de defunción, fechadas entre 1976 y 1983, de cuerpos nn a los que les atribuyeron muerte violenta, que aparecieron en la zona del Delta y que fueron inhumados en cementerios de la zona. Lo próximo que hicieron fue recorrer la zona para recoger testimonios, tal cual el periodista había hecho años atrás.
Comentarios recientes