El Poder Ejecutivo Nacional formó un listado de 18 temas para el debate en las sesiones extraordinarias en el Congreso Nacional que ya comenzó este mes y entre esos proyectos se encuentra la creación de un “Marco Regulatorio para el Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial” en el país que, hasta el momento, contaría con el apoyo del oficialismo y la oposición. 

Actualmente, tiene media sanción del Senado y, según el texto, está direccionado a establecer los parámetros que regularán la incipiente industria que ya tiene plantaciones en Jujuy. Es decir, la formación de cooperativas para trabajar el sector, la producción, industrialización y comercialización de la planta, también de sus semillas y sus productos derivados para uso industrial o medicinal.

Cuando se realizó la presentación del proyecto, en junio del 2021, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, había expresado que “el mercado de cannabis medicinal y cáñamo industrial crece exponencialmente a nivel global, es una nueva fuente de empleo de calidad y desarrollo productivo”, y destacó que es “gran oportunidad que tiene Argentina para ser líder regional, por sus capacidades agropecuarias e industriales y su entramado científico productivo”.

“El proyecto crea las condiciones para el desarrollo de la cadena a nivel local, aprendiendo de las mejores lecciones internacionales, el desarrollo de la cadena tendrá múltiples impactos positivos en el país: más empleo, más exportaciones, más innovación, desarrollo federal y acceso a la salud”, enfatizó.

En ese marco, explicó que “hay más de 50 países que han avanzado en algún tipo de legalización para el cannabis de uso industrial medicinal e industrial. Esto está alentando un crecimiento exponencial de la producción. Una producción global proyectada para dentro de tres años en 42.700 millones de dólares, es decir, 14 veces más que hace diez años”. 

El proyecto de ley, puntualmente, especifica que “la autoridad regulatoria estará facultada para regular, emitir y controlar las autorizaciones administrativas que permitan el registro e inscripción de semillas, cultivo, cosecha, almacenamiento, fraccionamiento, transporte, distribución, procesamiento, comercialización y cualquier otra etapa o actividad económica que integre la cadena productiva de cannabis, sus semillas y sus derivados afectados a los usos medicinal e industrial”.

Además, se aclara que cualquier tipo de incumplimiento por parte del productor podrá recibir un apercibimiento, una multa -que se define por la gravedad de la infracción-, la suspensión de la autorización y la inhabilitación total.