Hoy se cumplen 10 años de la llamada “Tragedia de Once”, hecho que dejó un saldo de 51 muertos, incluida una mujer que transitaba un embarazo avanzado- y 789 heridos tras el choque del tren de la línea Mitre identificado como Chapa 16 el miércoles 22 de febrero a las 8:33 AM contra uno de los andenes de la estación de Once. El caso tuvo relevancia al vincular en la investigación y posterior condena a funcionarios públicos, empresarios y empleados del tren como el maquinista.
Una de las víctimas que cobró más relevancia fue Lucas Menghini, un joven de 20 años que fue encontrado 48 horas después del choque entre dos vagones que habían sido revisados por los bomberos. Su tío, el abogado y querellante en la causa Leonardo Menghini, expresó en diálogo con Tiempo Judicial que “una situación tan irracional e injusta, no tiene reparación posible”.
Pasados diez años desde la tragedia ¿Piensa que hubo justicia?
Esa pregunta me la hago siempre. La puedo poner desde dos lugares posibles y distintos. Desde el punto de vista de la pérdida familiar, la justicia es imposible, una situación tan irracional e injusta, no tiene reparación posible. Más cuando uno se empieza cuestionar los porqués, las ausencias. Empieza a darse cuenta de lo que no fue y entonces es eterno. Más allá de cualquier tipo de justicia el dolor es perpetuo. Desde lo terrenal, también como abogado de la causa, yo creo que hicimos lo que el sistema nos permite hacer, y quedamos con sabor a poco.
¿Se pudo haber hecho más?
Básicamente cuando empezamos había una desigualdad de fuerzas muy notoria con el poder político y económico que representaba el grupo Cirigliano y el dinero que tenían para bancar peritos de parte, grandes estudios de abogados. Yo estaba solo, con mi conocimiento, mi voluntad y un grupo de personas decididas a llegar a la verdad, contra eso fuimos. Con mucha perseverancia y acompañamiento del ciudadano común y visibilizando el reclamo logramos que la justicia se ponga a trabajar, y lo haga en tiempos realmente rápidos. Tuvimos condenas a juicio oral en 3 años, Casación en cinco y la Corte en 7. Todos son hitos que han marcado que la Justicia, cuándo es obligada a trabajar, puede trabajar en tiempo y forma.
¿Estuvieron conformes con las condenas?
Nosotros decíamos que había dos hechos. Por un lado, el robo del dinero, que era el abandono del Sarmiento, y por el otro la negligencia en el hecho en sí, por largar un tren que no tenía frenos. Había dos hechos a probar y fueron condenados por los dos delitos. Además, eran en concurso real, por lo tanto se sumaron las penas. Se logró la condena de todos los hechos.
Ustedes no acusaron a Marcos Córdoba, el maquinista…
Yo siempre lo digo, pudo haber pasado otro día, otro tren, otro horario y con otro maquinista. Lo que no hubiera cambiado son los responsables. En el juicio nosotros no acusamos a Córdoba, porque fue una víctima más. Pero la justicia lo encontró culpable del estrago por alguna maniobra y básicamente hacía lo que hacían todos, no avisar que el tren no frenaba. La sociedad debería replantearse como un sistema político permite que eso pase.
¿Cree que algo cambió a raíz de la tragedia y de las condenas?
Para que cambien el sistema judicial tiene que haber una decisión política, pero para eso la política tiene que dejar de pensar que la Justicia es un poder que tiene menos "poder" que ellos. Ahora, con respecto a las empresas de transporte yo creo que hubo un cambio de conciencia. La Tragedia de Once marcó un antes y un después en el usuario. Y fue por la toma de conciencia de él mismo. A partir de la tragedia, todos pensaron que pudieron estar en el “Chapa 16”, y nos dijeron: "Ese tren me pudo haber tocado a mí". La gente ahora cuida los coches, los valora, se dan cuenta de denunciar si ven problemas. Es fundamental que las autoridades escuchen más a los trabajadores, aun así, falta mucho.
La tragedia te tocó de cerca ¿El caso de Lucas, su sobrino, aún continúa?
Estamos en una causa judicial, vamos por todo y que los hechos tengan un responsable. La falta de la búsqueda del cuerpo de Lucas a nosotros como familia nos deja un gran dolor, y hay responsables de eso, que son los bomberos. Dieron por cerrada la búsqueda de sobrevivientes y cuerpos cuando todavía faltaban y le quisieron echar la culpa a Bonadío, pero fue una clara decisión de los jefes del operativo.
La causa fue a juicio oral, tuvo un fallo vergonzoso cuando el fiscal Delgado no acusó y la doctora Servini de Cubría absolvió. Fuimos a Casación, se revocó ese fallo y se prestó atención a las pruebas que había de que eran los responsables. El expediente está en la Corte esperando que se resuelva un recurso de queja y va a llegar un momento que va a tener condena. En ese sentido somos muy respetuosos con los tiempos de la justicia y muy exigentes con que no se abandone.
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