Pablo Parenti, titular de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE), habló con Tiempo Judicial sobre la labor de la unidad en estos años con pandemia mediante. También advirtió una “ralentización” en los juicios por delitos de lesa humanidad, sobre todo, en las etapas recursivas donde “hay demoras gravísimas”.

“Cuando encontramos un nieto, encontramos un desaparecido con vida”, dice el fiscal que desde hace años trabaja en causas sobre delitos de lesa humanidad y que ahora centra su trabajo en los casos de apropiación de niños en la dictadura. La unidad que dirige fue creada en 2012 y durante la pandemia se “hubo que readecuar el trabajo” cuenta.

“Se logró en las investigaciones agilizarlas, acortar los tiempos en las investigaciones para llegar al ADN” dijo y ponderó que internamente la unidad trabaja con el expediente digital y la firma electrónica así como en la adecuación del trabajo y otros procesos que permiten agilizar la labor.

Uno de los puntos claves del trabajo de la unidad es lograr identificar nietos y nietas apropiados, aunque es un trabajo conjunto que se realiza con otras instituciones. Parenti reconoce que en lo que tienen que ver con la convocatoria de jóvenes “en pandemia hubo una interrupción pero luego se fue mejorando” y actualmente “cuesta más, el índice de asistencia es más bajo que en pre pandemia pero se va normalizando”.

Liberación

En el contexto de un nuevo aniversario del golpe genocida cada vez que se logra dar con un niño o niña apropiado durante la última dictadura resulta una situación de alegría: “La sensación es la de llegar a un resultado para lo cual hay muchos fracasos anteriores” dice Parenti y recalca que “buscamos unos cientos de personas en un universo de millones”.

“Es una satisfacción por la familia. Hay familias que hace 40 años que están buscando” y es “una reparación para la propia persona”. “Es una situación de liberación, aparece la verdad”, dice el fiscal y agrega que “cuando encontramos un nieto encontramos un desaparecido con vida”.

Actualmente hay casi trescientos grupos familiares en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) que buscan respuestas. La investigación de la Unidad resulta clave para ir despejando hipótesis y un trabajo constante que va desde la investigación científica, la identificación de restos, el cruce de datos y toda información que pueda servir para saber qué hicieron con los nietos y nietas.

“El Nunca Más es un concepto que nunca se va a dar por ganado, todos los días hay que trabajarlo, es una tarea permanente recordar"

En 2021, la UFICANTE formuló este año 56 solicitudes de exhumaciones de restos de familiares de las víctimas y citaciones de personas con vínculo familiar con los niños/as buscadas como parte de las acciones que se consideran necesarias para completar la información genética de los grupos familiares obrantes en el Archivo Nacional de Datos Genéticos (ANDG).

Este trabajo se realiza en el marco una mesa interinstitucional de trabajo que la Unidad comparte con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo (APM) y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

Las demoras y el “Nunca Más”

Desde hace años que las demoras en los juicios por delitos de lesa humanidad resultan una constante. Ya sea por artilugios de las defensas de los genocidas o por los propios tiempos de un sistema judicial vetusto. “La demora en los procesos es algo instalado desde que se reabrieron los juicios”, explica Parenti y recuerda que en un primer momento “se trabajaba a cuenta gotas y lo que hubo que instalar era que eran delitos de macro-criminalidad y eso se fue logrando”. 

Para el fiscal “en los últimos años hay una ralentización de los juicios” y agregó que “en la etapa recursiva hay demoras gravísimas”. Esto habla sobre todo de lo que es las confirmaciones de las condenas y lo que tarda la Corte Suprema de Justicia también.

“El Nunca Más es un concepto que nunca se va a dar por ganado, todos los días hay que trabajarlo, es una tarea permanente recordar”, dice Parenti y recuerda que “la dictadura sigue estando presente en consecuencias” por lo que “cada 24 es una oportunidad de trabajar en la memoria que tiene que ser permanente”.