Un informe elaborado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) sostiene que el racismo estructural es la principal causa de discriminación en la Argentina. Se trata del Mapa Nacional de la Discriminación, un relevamiento que realiza periódicamente el organismo actualiza datos después de 6 años, y cuyo último informe había sido difundido en 2013.
Esta tercera edición se elaboró a través de encuestas realizadas a 11.700 personas en sus hogares durante 2019 y fue realizado junto a 23 universidades nacionales. Debido a la situación generada por la pandemia en 2020 no se pudo realizar la finalización del trabajo de campo en varias provincias y por ello recién ahora puede presentarse el trabajo.
Uno de los datos que surge del trabajo es que el "racismo estructural" resulta como el primer tipo de discriminación, un 40%, mientras que esto es seguido de la discriminación por "corporalidades diversas", 38%, y cuestiones "ideológicas" y de "género", ambas en un 12%. Despues se encuentran otros tipos de discriminación como personas con discapacidad, personas LGBTIQ+, adultos/as mayores, entre otras.
En el racismo estructural se incorporan las representaciones sociales en torno a los colectivos históricamente vulnerados y se refiere a un tipo de discriminación que sufren las personas por su color de piel, su nacionalidad, su situación socioeconómica, su lugar de origen y su pertenencia étnico-cultural, entre otras.
Por el lado de las corporalidades, lo que resalta el estudio es la discriminación y violencias que experimentan las personas en base a la imposición histórica y social de un modelo hegemónico de “normalidad”. En este punto, se duplicaron las respuestas de las experiencias de discriminación relativas a las cuestiones estéticas y a las corporalidades gordas.
Otro de los puntos es el relativo a la discriminación por género donde el estudio, comparado con el anterior de 2013, se refleja un aumento que por ejemplo, se da en mayor medida en el el ámbito laboral donde las mujeres identifican como principal causa de discriminación a las cuestiones relativas al género.
Otro dato que se consigna a diferencia del mapa realizado en 2013 (el primero fue hecho en 2009) es que en ese año sólo un 12% de la población consideraba a la discriminación como vulneración de derechos. Mientras que en este último informe el porcentaje aumentó a 36%.
Este mapa también dio cuenta del lugar en que ocurre la discriminación mostrando, lo que el informe cataloga como "ámbitos discriminatorios". Los datos sostienen que la percepción sobre los niveles de discriminación en el ámbito de "redes sociales – Internet" es donde más se percibe. En los resultados sedestacan las redes socialese Internet con niveles superiores al 80 %.
"A diferencia de casi todos los otros ámbitos listados, las redes sociales no son un lugar físico, sino que se trata de un espacio virtual de acceso desde prácticamente cualquier sitio y en cualquier momento del día", explican en el informe. Siendo los ámbitos educativo, 81%, y laboral, 77%, los lugares que le siguen en cuanto a ser reconocidos como espacios en los que se percibe la discriminación.
"Es importante observar que las mujeres perciben un 10 % más alto el nivel de prácticas discriminatorias en locales de venta de indumentaria y comercios y shopping que los varones", explica el informe.
Los discursos de odio quieren destruir al Estado no a la política, porque es la institución que regula y defiende los derechos de las personas que más vulnerado ven sus derechos. Este relevamiento es una guía de políticas públicas para terminar con la discriminación y el racismo", explicó ayer en la presentación del MAPA a cargo de la titular del INADI, Victoria Donda.
Algunas conclusiones
El trabajo realizado a partir de las encuestas permitieron al INADI llegar a algunos resultados generales que, por ejemplo, "nos posibilitan identificar claramente la homogeneidad que adquiere en el país la dimensión del racismo estructural, a la vez que permiten concluir la importancia de ponderar en las agendas estatales la lucha antirracista", explican en el trabajo.
Lo que implica "reconocer la vacancia del Estado respecto de políticas públicas específicas que promuevan la desarticulación de estos imaginarios, que modifiquen las estructuras sociales que garantizan esta desigualdad estructural y que, por último, promuevan la reparación de aquellas desigualdades".
Otro dato es que "el advenimiento de la marea verde, las marchas que llevaron como consigna el “Ni una menos” y la explosión en la agenda política de las políticas de género fueron evidenciados en el imaginario social discriminatorio, haciendo especial mención de la identificación de la población trans como muy discriminada", consignan.
Y concluyen consignando que "solo en una sociedad respetuosa de los derechos humanos de todas las personas, podremos establecer pisos de igualdad y justicia".
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