Comenzó el juicio oral y público que tiene en su banquillo a una banda de once “narcopolicias”, como fue conocida la causa, de la provincia de Neuquén que están acusados de prestar servicios delictivos, como el encubrimiento, la distribución y la comercialización, de narcóticos en complicidad de un grupo delictivo.

Ya declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de esa provincia, integrado por Simón Bracco, Alejandro Cabral y Marcos Aguerrido, el ex policía Omar Andrés “Turco” Asef, principal acusado y señalado como el líder de la organización, y el comisario de la institución de la región, quien reconoció saber de las actividades y haber participado por necesidad de dinero, ya que tenía una adicción “ludópata”.

La investigación da cuenta de la actividad ilegal desde, al menos, el 24 de junio de 2019 y el 3 de diciembre de 2020. Los acusados son Yamil Asef, hijo del líder de la banda, Braian Aarón Catalán, Mariano Alejandro Carrizo, Juan Ignacio de Gennaro, Ailia Del Carmen Rodríguez Rubilar y Carlos José Rubilar.

Además, están señalados los policías provinciales Miguel Ángel Muñoz, quien ejerció como comisario de la 18va-, Gustavo Samuel Ortega, exsargento de la misma dependencia, Christian Damián Navarro y Pablo Ángel García Saldías, exoficiales principales de la Dirección Antinarcóticos y del Departamento de Delitos contra la Propiedad.

Asimismo, la oficina del fiscal general Miguel Ángel Palazzani, en diálogo exclusivo con Tiempo Judicial, explicó que “Asef le daba órdenes”, y detalló que en el juicio “gran parte los imputados que declararon reconocieron gran cantidad de los hechos, les dieron menor trascendencia de la que demuestran las pruebas que se recolectaron”.

“Intentaron a criterio del Ministerio Público Fiscal minimizar (MPF), que es bastante, la gravedad de los hechos, como que eran intervenciones esporádicas. Tanto Asef, como jefe, intentó minimizar su incidencia en la comercialización de estupefacientes, como algo que se hacía circunstancialmente”, afirmaron.  

En esa línea, señalaron que “el comisario reconoció que daba datos para beneficiar la actividad de Asef, y que lo hacía esporádicamente porque necesitaba dinero porque es ludópata, gastaba mucho en el juego y cobraba a cambio de datos”.  

En tanto, desde el MPF enfatizaron que “era una cuestión mucho más sistemática, no sólo esporádica, así se expuso con muchas pruebas sobre la mesa y elementos de interés”, y subrayaron que “fue tanta la cantidad de elementos que se recolectaron, que se pusieron los más relevantes en el requerimiento de elevación”.

Explicamos cada una de las funciones y roles que cada uno cumplía, como varias comunicaciones que sustentan la acusación, con gráficos y todo”, confirmaron.

También, aclararon que “la estratégica es: perdido por perdido decir que lo hicieron, pero no es tan grave como se dice. Como para buscar que la pena final no sea la más grave dentro de la escala penal”. “Es muy grave porque prestaban múltiples funciones”, consideraron.

El MPF explicó que la situación llegó “al punto de que los funcionarios policiales terminaban con un salario, como que semanalmente la organización les brindaba el dinero fijo, y entonces tenía de disposición a los policías”. “Se generó una situación de protección en el tiempo, que lo hace mucho más grave al panorama”, señalaron.

Asimismo, el MPF concluyó: “No eran favores por negociación de favores, eran asalariados. Hubo un episodio en el que Asef pidió al comisario que meta, de forma ilegal, una causa por otros hechos para que allanen un domicilio que era ocupado por otro grupo que vendía estupefacientes y era una banda contraria. Hoy lo reconoció y aseguró que no era tan grave”

En los próximos días se espera que el resto de los acusados declare, aunque la tendencia es que las segundas líneas no hablan y dejan testificar a los organizadores.