El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, inauguró la semana pasada, acompañado por el jefe de gabinete de la provincia, Martín Insaurralde, y el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, una nueva Alcaidía Departamental en la localidad de Lomas de Zamora con la capacidad de 312 plazas.

Dicha obra, explicaron, se enmarca con en el Plan de Infraestructura Penitenciaria que prevé la creación de otras alcaidías en Berazategui, La Matanza I, Almirante Brown, Merlo, Melchor Romero y Escobar y las unidades 59 y 60 de Merlo, con un total de 4.400 plazas destinadas a absorber los detenidos en comisarías y liberar al personal policial afectado a su custodia.

El gobernador dijo en la ceremonia que “la situación penitenciaria arrastra falencias estructurales que alcanzaron un récord de sobrepoblación durante el periodo anterior” y explicó que el objetivo, desde que asumieron, fue dejar de “esconder los problemas y empezamos a llevar adelante las inversiones necesarias para resolverlos”.

 

 

El hacinamiento y la situación de los calabozos en las comisarías también tienen un impacto en materia de seguridad ciudadana porque son cuestiones que impedían bajar la reincidencia”, remarcó Kicillof y señaló que “con las alcaidías el objetivo es poner las cosas en su lugar: despejar los calabozos de las comisarías y que los policías de la Provincia se aboquen a la prevención del delito en los barrios”. 

En esa línea, destacó que “quienes cometieron un delito deben cumplir su pena en un lugar digno”, y enfatizó que “es fundamental para cumplir con nuestro objetivo de que las y los vecinos vivan en paz, ya que para eso es necesario continuar fomentando la reinserción a través de la inversión y la decisión política de un Estado presente”. Según detallaron, esta estructura tiene un salón de usos múltiples para la vinculación familiar, un área de servicio para personal penitenciario, áreas de expansión para las celdas e informaron que está construido con un muro de hormigón, alambrado y garitas de seguridad. 

Por su parte, Alak resaltó consideró que se tomó la “decisión política de visibilizar esta situación y emprender el plan de transformación penitenciaria más importante de la historia de la provincia, no sólo por su magnitud, sino por la inversión y los recursos que son destinados a este proyecto”. “Las alcaidías son un instrumento muy importante para el Área Metropolitana: necesitábamos llevar adelante estas construcciones para bajar la reincidencia en nuestra provincia sin generar rupturas en los vínculos familiares, que son fundamentales para la reinserción”, concluyó. 

Esta obra forma parte de la segunda etapa del Plan de Infraestructura Penitenciaria, que incluye también las nuevas alcaidías de Berazategui, La Matanza I, Almirante Brown, Merlo, Melchor Romero y Escobar y las unidades 59 y 60 de Merlo, con un total de 4.400 plazas. Además, la tercera instancia proyecta ámbitos de detención transitoria en Quilmes, Ezeiza, Lanús, Moreno, La Matanza II, Hurlingham, Tigre y Tres de Febrero, y las unidades 29 de La Plata, 61 de Mercedes, 62 de Moreno y 63 de Florencio Varela.