‘Mantuvimos un affaire furtivo‘, ‘fue producto de uno de esos accidentes que suceden‘ y ‘nunca he tomado la seriedad de la circunstancia‘, fueron algunos de los términos en los que se expresó el padre de un niño cuya filiación reclamaba una mujer en Corrientes y por quien una jueza de Familia ordenó medidas innovadoras.

En un reciente episodio de lucha por una mayor perspectiva, la jueza de Familia, Niñez y Adolescencia N° 4, Carolina Macarrein, emitió una enérgica recomendación a un abogado de la defensa para someterse a una formación exhaustiva en género y respeto por los derechos de las mujeres. Esta acción surge a raíz del respaldo del abogado a un discurso ofensivo y humillante por parte de un hombre hacia la madre de un niño en el contexto de un caso de filiación.

La magistrada sostiene que las expresiones del hombre, aunque históricamente validadas por las prácticas patriarcales, ya no encuentran aceptación en la sociedad contemporánea. Este episodio se enmarca en la resolución de un proceso de filiación que se llevó a cabo de manera expedita, priorizando el interés superior del niño involucrado.

Tras la confirmación de la filiación del niño, Macarrein ha instado al padre en cuestión a abstenerse de proferir expresiones estereotipadas en futuras presentaciones legales. La jueza sostiene que dichas expresiones no contribuyen a su "derecho a defensa" y, en cambio, fomentan un discurso insultante y humillante hacia la mujer.

 

La presentación inicial del padre incluyó términos discriminatorios y despectivos hacia la madre que no tenían pertinencia en el caso. En su declaración, el padre afirmó: "Si es verdad que conozco a la accionante XXX, ya que mantuvimos un 'affaire furtivo'… nos veíamos esporádicamente y producto de esos 'accidentes que suceden, es que la actora quedó embarazada. Yo nunca he tomado la seriedad de la circunstancia, porque no creí que ese embarazo podía ser mío, hasta que la producción y resultado de la muestra genética ha dado la compatibilidad de paternidad y dado ello, reconozco y me hago cargo de la filiación".

La jueza Macarrein consideró que el lenguaje empleado revela un menosprecio manifiesto hacia la madre del niño y refleja una decisión deliberada por parte del padre de entablar dicha relación. La magistrada señala que este enfoque androcéntrico es inaceptable en los tiempos actuales y constituye un ejemplo de violencia simbólica, tal como lo define el artículo 5 inciso 5 de la Ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres.

Este incidente resalta la importancia de la capacitación en género y respeto por los derechos de las mujeres en todos los ámbitos, incluido el sistema judicial, para fomentar la igualdad y erradicar la discriminación. La postura firme y consciente de la jueza Macarrein ejemplifica la determinación de cambiar paradigmas y promover un trato justo y equitativo para todas las partes involucradas en casos judiciales.