Según una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, 2 de cada 10 trabajadores en la provincia de Buenos Aires desconocen si hay licencia por paternidad en su trabajo, 3 de cada 10 no saben la extensión que tiene esta licencia. Además, 2 de cada 10 de los encuestados padres no se tomó la licencia por paternidad aun correspondiéndole.

La encuesta “Los cuidados en el ámbito laboral” de la Defensoría bonaerense estuvo dirigida a varones de 18 años o más, ocupados en relación de dependencia (ya sea en el ámbito público o privado), residentes en la provincia de Buenos Aires. Se realizó de forma online y a través de las 57 delegaciones de la Defensoría en la Provincia, entre junio y agosto del año pasado.

En el marco del debate actual sobre la ampliación de licencias por paternidad, en el Congreso Nacional, ya se aprobó un dictamen dictamen de mayoría que unifica los distintos proyectos de ley elaborados por el Poder Ejecutivo y diferentes bloques sobre la ampliación de licencias para las personas que cuentan con trabajo formal y la creación de las asignaciones parentales igualitarias para las personas con Monotributo o Monotributo Social.

El Congreso a fines de agosto avanzó en un proyecto del 2022 denominado SINCA (Sistema Integral de Cuidados con Perspectiva de Género) que propuso elevar de manera progresiva hasta 126 días la licencia por nacimiento de hijos para las madres, mientras que para los padres sube a unos 15 días durante el primer año de la ley y 30 días en el segundo, hasta emparejar a 90 días durante un período de 8 años, a la vez que incluyó aumentos de licencias para personas no gestantes y por adopción.

Este relevamiento de la Defensoría arroja también que el 20,7% de los trabajadores encuestados no sabe si existe o no el reintegro por guardería en su lugar de trabajo, y 2 de cada 10 empleados desconocen si tienen o no el derecho a la licencia para cuidados por enfermedad de persona a cargo, familiar y/o conviviente. Además, 2 de cada 10 trabajadores que necesitaron utilizar la licencia por cuidados, afirman no habérsela tomado en el último año dado a que “perjudicaba la dinámica / funcionamiento de su trabajo” (39,1%, razón principal).

El segundo y el tercer motivo señalados fue “no lo consideré necesario” (21,7%) y “quería reintegrarme a mis tareas laborales” (17,4%).

Con esto, se refuerza la sobrecarga en las mujeres de las tareas de cuidado y las tareas domésticas, siendo ellas quienes deben “descuidar” sus trabajos. Sigue siendo éste un pilar en la desigualdad de oportunidades en el mundo laboral para las mujeres, que deben afrontar solas, incluso habiendo parido recientemente, del cuidado del bebé y el hogar.

En un apartado la encuesta indaga sobre aspectos sociales que rodean a la toma de decisión de hacer uso de este derecho. Se refiere a los comentarios despectivos que sufrieron quienes hicieron uso de las licencias. El 21,8% de estos trabajadores recibió cuestionamientos en primera persona. Entre las palabras utilizadas aparecen: “Dominado”, “de esas cosas se encargan las minas”, "ay… ahora trabaja de enfermero", “si la que lo tuvo fue tu señora” y “que soy mariquita y que eso lo hacen las mujeres”. Los estereotipos de género siguen lastimando los derechos de las mujeres a poder compartir las tareas de cuidado.