El pasado jueves, con 54 votos afirmativos 1 negativo (de Carmen Álvarez Rivero), la Cámara de Senadores aprobó la “Ley Johanna” que establecerá procedimientos médico-asistenciales para la atención de personas gestantes frente a la muerte perinatal, que es aquella que se produce entre la semana 22 hasta 7 días luego del parto. El proyecto tenía media sanción de Diputados desde el 24 de noviembre del año pasado.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se produce una muerte perinatal cada 16 segundos en el mundo, y en Argentina ocurren alrededor de 6.000 muertes perinatales por año.
Hasta este momento, no existía un protocolo de contención destinado a asistir y contener a las madres que traspasen esta situación y, por el contrario, las instituciones sanitarias incurrían en destratos o incluso tratos violentos, dando paso así a duelos invisibilizados y derechos vulnerados.
Esta “Ley Johanna” fue bautizada de esta manera por el caso de Johanna Piferrer, impulsora de la iniciativa y quien fue víctima de violencia obstétrica.
La legislación aprobada indica que todas las obras sociales, las entidades de medicina prepaga, como así también todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliadas/os, independientemente de la figura jurídica que posean, tendrán a su cargo con carácter obligatorio instrumentar las medidas y ejecutar los cambios necesarios para garantizar el cumplimiento de la ley.
El Senado aprobó en el día de ayer el proyecto de #LeyJohanna para que las mujeres y personas gestantes, junto con sus familias, puedan acceder a un parto y a un duelo respetado frente a la muerte perinatal a través de la asistencia médica y psicológica ✊🏼. pic.twitter.com/JzA5t17H2c
— Feminacida (@Feminacida) September 29, 2023
A través de esta iniciativa se busca dotar las/os profesionales de la salud, que intervienen al momento del parto, de procedimientos de actuación estandarizados que faciliten la atención sanitaria de aquellas mujeres, personas gestantes y familias que sufren una muerte perinatal.
También, posibilitar un ambiente de contención y cuidado reduciendo la exposición a violencia obstétrica a personas gestantes que están atravesando un momento de extrema vulnerabilidad, con el acompañamiento de especialistas; y facilitar opciones terapéuticas, gestiones a realizar, documentación a cumplimentar y consultas sucesivas.
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