En la última semana, en las provincias de San Juan y de Corrientes, dos niñas de 14 y 12 años han solicitado a la Justicia cambiarse el apellido paterno. Esto se da en el marco de una concientización del valor del derecho a la identidad y al no reconocimiento con alguno de los progenitores.

En el primer caso, una menor de San Juan pidió que el apellido de su padre ya no acompañe su nombre. El juez de Familia de Segunda Nominación del Poder Judicial de dicha provincia, Gustavo Almirón, dio lugar al pedido de la adolescente y reemplazó su apellido por el materno.

La menor se encuentra en una residencia del Estado debido a que su madre ingresó al Servicio Penitenciario Provincial en el 2019, no pudo hacerse cargo de sus hijos por enfermedad y falleció en el 2020. Mientras que su progenitor se encuentra privado de su libertad cumpliendo condena firme. Se investiga si ella y sus hermanos menores fueron víctimas de delitos relacionados a la integridad sexual. La adolescente expresó su deseo de comenzar el mecanismo de vinculación con fines adoptivos.

En la resolución, el juez Almirón citó: “Priorizando el derecho a la identidad, estimo que la solicitud de supresión procede, ya que continuar ostentando el apellido paterno no hará sino perpetuar una situación traumática, que puede paliarse mínimamente con su eliminación, y conforme lo solicita la niña, se debería adicionar el apellido materno”.

Además, el juez Almirón contempló al resolver el pedido de la menor “el derecho a ser oído, como así también considerando la etapa evolutiva en que se encuentra y su desarrollo psico-emocional donde se pondera la necesidad de fortalecer su identidad, y conforme el art. 69 de la Convención de los Derechos del Niño”.

Por otro lado, una niña de 12 años, de Corrientes, sufrió la pérdida de su madre en manos de su padre. La víctima de femicidio era una enfermera del hospital pediátrico de dicha provincia, y fue asesinada en enero pasado. En tanto, su progenitor enfrenta ahora una condena a prisión perpetua, luego de un juicio desarrollado en el Tribunal Oral Penal 2 de Corrientes, y en el que la niña fue la principal testigo, al haber presenciado el ataque.

La “no identificación” con el apellido otorgado al nacer se genera, usualmente, también a raíz de la vivencia de situaciones de violencia donde el apellido es un recordatorio de hechos traumáticos.

La Justicia, en sus fallos expresa el valor de hacer lugar al pedido de niñas, niños y adolescentes en pos de salvaguardar la salud mental y de dar lugar a la construcción de una identidad propia desencadenada de un apellido que no los representa o, aún más, los atormenta.