La seguridad y la educación son dos de los principales problemas que el fuero civil y comercial federal vive día a día. La estructura de los juzgados tienen un alto peligro de incendio y nula inspección.

 

Posiblemente, el mejor edificio del Poder Judicial pertenece a este fuero y está ubicado a metros del Palacio de Tribunales. Cuenta con once pisos y cuatro subsuelos donde diariamente están en constante movimiento alrededor de mil personas y trabajan 300 empleados judiciales.  

Las principales críticas que se escuchan desde los pasillos del fuero son que en el Poder Judicial adolece de alguien que se ocupe de la seguridad en el edificio que no está preparado para ser evacuado, la única escalera que hay no sirve y las puertas interrumpen el paso por la escalera.

El riesgo de incendio es alto. Los juzgados están armados de casilleros de madera, papel, alfombras y pisos de goma que son muy riesgosos y llevan a la terrible comparación con el incendio en el boliche República Cromañon. Para peor, hace 3 años que el edificio no se inspecciona por Bomberos de la Policía Federal y la Dirección de Infraestructura  prohibió en todo el fuero el uso de cajas fuertes para reservar documentación original porque el edificio no resiste el peso. Hay cajas de plástico.

En detalle, las únicas dos prácticas cronometradas por los bomberos de la Policía Federal que se hicieron tardaron 20 minutos sólo para tomar la decisión de evacuar el edificio. Hay custodia de civil, seguridad privada y hasta guardaespaldas para algunos funcionarios pero no existe nadie que se ocupe de la seguridad personal.  

“Falta educación y la predisposición de quien debe decidir esa educación. Falta gente idónea para que determine las decisiones de seguridad e higiene personal. Son problemas de burocracia inútil. Hay gente capacitada y titulados en seguridad e higiene que trabajan en el Poder Judicial y que pidieron su traspaso, que son ignorados porque no hay un responsable que se encargue de estos problemas”, aseguró Oscar Sierra García, congresal nacional de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, quien resaltó el rol de la educación en la Justicia como en otros ámbitos cotidianos.

Por último, señaló que “hay que profesionalizar el Poder Judicial en un lugar donde el amiguismo y la familia tienen un gran peso. En los escalafones medios está lleno de empleados que tienen otra profesión y no tienen nada que ver con el derecho. No es obligatorio ni es condición necesaria que un empleado sepa de derecho”.