Es el hijo de Stella Maris Montesano y Jorge Ogando, nieto de una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Delia Giovanola. Vive en el exterior y su abuela feliz ayer expresó su alegría en conferencia de prensa. "Fue una mezcla de emoción, entre llanto y ternura, y de querer abrazarlo y besarlo a la distancia", contó Delia quien habló por teléfono quien contó un diálogo tierno al preguntarle si estaba seguro de querer hablar con ella. "Por qué no?, si sos mi abuela", respondió el nieto recuperado número 118.
“Finalmente es encontrar lo que se creía que nunca iba a aparecer. Nuestra constancia, persistencia, tozudez, nuestro amor de nunca bajar los brazos, premian”, introdujo la presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, desde una de las salas del modesto edificio de la organización que disponen para la difusión en el barrio porteño de San Cristóbal.
Este medio recibió el mail de Abuelas de Plaza de Mayo que vale la pena difundir textualmente: "Las Abuelas de Plaza de Mayo informamos con enorme alegría que hemos encontrado al hijo de Stella Maris Montesano y Jorge Oscar Ogando, y nieto de la Abuela Delia Giovanola de Califano, una de las doce fundadoras de nuestra Asociación, que hoy nos acompaña para compartir esta feliz noticia.
Virginia Ogando, hermana del nieto encontrado, también fue un actor clave en esta búsqueda. El 15 de agosto de 2011, la joven falleció, como una consecuencia más del terrorismo de Estado, pero su sangre albergada en el Banco Nacional de Datos Genéticos permitió determinar en un 99,99 por ciento el vínculo filiatorio".
Haciendo un poco de historia de su búsqueda y recuperación de la identidad, según Abuelas, Stella Maris nació en La Plata el 3 de septiembre de 1949 y Jorge, el 28 de noviembre de 1947 en Tornquist, provincia de Buenos Aires. En 1973 nació su primera hija, Virginia. Ambos militaban en el PRT-ERP y el 16 de octubre de 1976 fueron secuestrados en su departamento por un grupo de tareas compuesto por militares y policías. Virginia quedó sola y una vecina se comunicó con Delia para avisarle lo que había ocurrido. Desde entonces, la Abuela se hizo cargo del cuidado de la niña, de apenas tres años.
Stella Maris estaba embarazada de ocho meses al momento del secuestro. Según testimonios de sobrevivientes, la pareja permaneció detenida en el centro clandestino de detención “Pozo de Banfield”, donde la joven, el 5 de diciembre de 1976, dio a luz a un niño al que llamó Martín. Luego del parto, fue llevada al “Pozo de Quilmes”.
Desde el momento de la desaparición, Delia emprendió la búsqueda de la pareja en soledad pero luego acompañada. Delia fue una de estas doce mujeres fundadoras de lo que luego sería la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Entre 2006 y 2008, Abuelas recibió tres denuncias anónimas, por teléfono y por mail, en las que se planteaba que el nieto hoy recuperado había sido inscripto como hijo propio de quienes decían ser sus padres.
El 30 de marzo de este año, este hombre se acercó a Abuelas con fuertes sospechas de ser hijo de desaparecidos. Luego de ser entrevistado por el área de Presentación Espontánea, la consulta siguió los carriles correspondientes y fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI), donde comenzó la investigación documental.
Vive desde hace 15 años en el exterior, entonces la extracción de sangre se produjo a través del Consulado del país en el que reside, el 15 de mayo de este año. Gracias al trabajo mancomunado de distintas instituciones del Estado, la muestra llegó a la Argentina y fue recibida por la dirección de Derechos Humanos de la Cancillería, que la remitió a la CoNaDI. En junio, fue derivada al Banco Nacional de Datos Genéticos para efectivizar el estudio. Ayer la feliz noticia llegó, el Banco informó finalmente a la CoNaDI que el joven es hijo de Stella Maris Montesano y Jorge Oscar Ogando.
Tras la recuperación de un nieto más, desde Abuelas de Plaza de Mayo, se encargaron en resaltar a este medio que aún falta restituir la identidad de casi 400 hombres y mujeres. "Ellos son presente, porque sólo con Memoria, Verdad y Justicia se puede construir un futuro democrático. Sus Abuelas, hermanos, tíos, primos y familiares necesitamos saber qué pasó con ellos. Pero también, como sociedad, tenemos el deber de resolver su identidad, que es la identidad de nuestro pueblo. Agradecemos a todos aquellos que se hacen eco de esta noticia y a quienes trabajan día a día para que estos abrazos postergados finalmente se hagan realidad", destacó el comunicado.
Ayer, Delia contó la primera charla con su nieto. “Me preguntó cómo era yo, qué hacía, cómo era mi familia. Me asombré: él también quería saber de mí”, expresó emocionada. Delia le preguntó si estaba seguro de que quería volver hablar con ella. “¿Por qué no? Si sos mi abuela”, le contestó él. Todavía no dieron a conocer su nombre, vive en el exterior con su familia y él se acercó a la organización para conocer su verdadera identidad y tuvo sus frutos.
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