El reciente Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (CESBA), presidido por Matías Tombolini, ya recorrió las 15 comunas de la Ciudad en las que visitaron hospitales, industrias, comercios, clubes deportivos y asociaciones civiles para escuchar las demandas civiles.
El CESBA fue creado como nexo para sintetizar los aportes de la sociedad civil para promover políticas de Gobierno que mejoren la vida de los vecinos de la Ciudad. Lo que se busca es generar actividades de divulgación e investigación en materia de tránsito, basura, crecimiento poblacional, tercera edad y energía.
El programa "CESBA en los Barrios" fue lanzado en febrero para "establecer un vínculo más directo con el entramado productivo, social y cultural de la Ciudad". En la primera etapa de 60 días, se contactaron 9 hospitales, 8 industrias y comercios, 10 clubes deportivos, 11 asociaciones civiles, 8 espacios culturales, 4 instituciones religiosas y 2 escuelas.
En las reuniones con los directores de los hospitales, el equipo del CESBA observó que faltan tareas de mantenimiento: hay quirófanos en reparación desde hace años y fallas en el sistema eléctrico que impiden usar el aire acondicionado o el funcionamiento de sillones odontológicos. También es necesario ordenar la demanda para atención médica, ya sea a través del sistema de turnos u otros procedimientos complementarios.
Con respecto al sector productivo de la Ciudad, los responsables de pequeñas y medianas empresas le explicaron a Tombolini los "interminables trámites" que deben realizar para acceder a líneas de crédito a tasas coherentes. Además, piden recibir algún tipo de incentivo que implique, por ejemplo, una menor carga de impuestos.
Por su parte, los clubes de barrio se mostraron afectados por las demoras en el reintegro del 40% de la tarifa de los servicios públicos, el cual les corresponde por ser beneficiarios de la tarifa social. En ciertos casos, reciben facturas de luz de 17 mil pesos y, si hay retrasos en la devolución, se les dificulta mucho sostenerse mes a mes. Los clubes contaron que también tienen inconvenientes para solventar las reformas que les exigen desde el Gobierno porteño en Seguridad e Higiene.
A las asociaciones ligadas a la Salud y a la Cultura también les cuesta pagar las tarifas. Reclaman, además, un mayor apoyo del Estado para poner en valor el barrio en donde desarrollan sus actividades y transformarlo en un circuito cultural-artístico. También, obtener un marco legal para sus iniciativas.
Los referentes de los espacios culturales que recorrió el Consejo dijeron que hay trabas burocráticas para conseguir subsidios y que tienen que pelearla para que no les bajen el presupuesto. En varios de estos lugares, el equipo registró, además, falta de mantenimiento.
Las instituciones religiosas y sus escuelas también fueron parte del recorrido que realizó el CESBA. En muchos casos, se ven afectadas por la falta de seguridad en la zona en la que están ubicadas y por las dificultades de las familias de los alumnos para pagar las cuotas.
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