Por José Domínguez, CTO de Thomson Reuters en Ibero-América
El avance tecnológico es una de las megatendencias que están configurando el futuro del mundo. La revolución digital está pasando por la forma de conectarse a través de diferentes dispositivos. Según Gartner, a finales de este año existirán más de 8.400 millones de “cosas” conectadas en todo el mundo. En 2020, se espera que haya más de 20.400 millones de cosas conectadas en todo el mundo, una cifra que hace años era impensable pero que con la revolución tecnológica se ha convertido en una realidad.
En este contexto, la tecnología dejó de ser una exclusividad de las empresas de tecnología y pasó a ser una necesidad de todas las empresas. En los últimos años el mundo jurídico inició, por un lado, un proceso de renovación interno propio de la profesión, y por otro lado, una revolución provocada por los efectos de la transformación digital que está impactando en todos los niveles de la sociedad.
Los estudios jurídicos necesitan modificar sus dinámicas y procesos tradicionales para poder ser eficientes en un escenario caracterizado por la automatización de tareas, el aumento de la interconectividad y movilidad. El mundo jurídico ya no sólo alcanza con tener equipos de abogados altamente capacitados, ni gestionar una cartera de clientes diversificada y fidelizada. Tampoco parece ser suficiente seguir ofreciendo los mismos servicios o utilizando los mismos procesos tradicionales de gestión jurídica.
Estas son algunas de las tendencias que ya están afianzándose en la práctica del derecho, orientadas a trabajar con mayor rapidez, eficiencia y calidad.
Migración a la Nube
Estamos atravesando un proceso de transición, en la Argentina y el mundo, hacia el software en la nube, impulsado por la necesidad de bajar costos, aumentar la seguridad y al mismo tiempo tener mayor interconectividad y movilidad.
La dinámica de las organizaciones está cambiando y los clientes cada vez valoran más recibir un servicio prácticamente 24x7x365. Los estudios jurídicos necesitan tener toda la información centralizada, con acceso remoto disponible para sus profesionales desde cualquier lugar y a cualquier hora. Los abogados y los estudios ven la nube como una forma rápida y escalable de utilizar sistemas tecnológicos específicos del sector sin la necesidad de hacer una gran una inversión inicial en hardware, software y servicios de soporte.
Según una encuesta realizada por el ABA’s Legal Technology Resource Center, el uso de este tipo de soluciones tecnológicas en el sector jurídico creció un 20% con respecto al año anterior y proyecta un aumento progresivo para los próximos años.
Automatización de tareas
Parece inevitable que el ejercicio de la abogacía cambiará de forma significativa al punto que las tareas menos complejas, aquellas que suelen ser calificadas como “comoditizables”, serán efectuadas primero por personas sin título legal y poco después por computadoras. De hecho, las tareas de rutina ya pueden ser automatizadas mediante algoritmos inteligentes, capaces de buscar documentos, ordenar de manera asociativa la información.
Los estudios de abogacía y las empresas están buscando un nuevo perfil de profesionales altamente capacitados y con una gran habilidad para incorporar y utilizar de manera inteligente las nuevas tecnologías disponibles. La tecnología no reemplazará a la experiencia y conocimiento humano, sino que provocará una eficientización de los procesos.
Big Data
Los abogados necesitan disponer de mucha información para poder ejercer de manera eficiente su trabajo. En el día a día consultan información variada que va desde doctrina, legislación o jurisprudencia, hasta novedades específicas de distintos sectores o industrias. Las empresas están buscando profesionales que sean capaces de transformar los millones y millones de datos existentes en información, y esa misma información en inteligencia que sirva para tomar decisiones.
Según informe de la consultora Gartner alrededor del 30% de las empresas ya han implantado y están utilizando tecnologías Big Data. A pesar de que todavía hay directivos que no han tomado nota del costo de oportunidad perdido al no apostar por las tecnologías Big Data, todo apunta a que el boom de implantaciones puede ser inminente, revolucionando en los próximos 2 o 3 años la forma en que se tratan los datos y se trabaja en analítica de negocios.
Blockchain
Cuando hablamos de blockchain, hablamos de un sistema distribuido, seguro e inalterable. Esta tecnología se puede incorporar al mercado jurídico a través de los smart contracts, por ejemplo. En este contexto, blockchain en sí va a ser la regulación y no se va a necesitar un tercero o una entidad central para poder validar un contrato, por ejemplo. En este caso, la tecnología tampoco va a sustituir el trabajo de un abogado. El valor del abogado residirá en la definición de las reglas que seguirán vigentes.
El futuro es hoy
La carrera para convertirse en el líder del mercado se está acelerando entre las empresas de todos los sectores. Independientemente si son tradicionales o start-ups, ganarán las empresas que mejor utilicen la tecnología para crear una ventaja competitiva.
Hoy se está trabajando en cómo las tecnologías agregan valor a las tareas del hombre, le reducen tiempo y le permiten estar pensando en cuestiones que la máquina no puede pensar para poder hacerlo. La distinción entre empresas de tecnología y empresas que no son de tecnología es cada vez menos relevante. ¿Tesla es una compañía tecnológica que está aprendiendo a convertirse en una organización automotriz? ¿Ford es una compañía automotriz que está aprendiendo a convertirse en una empresa de tecnología?
Las empresas de hoy necesitan cambiar sus perspectivas y sus industrias para competir y prosperar. Las líderes del mañana serán las que acompañan estos cambios y saquen el máximo provecho de la combinación del humano con la máquina.
En este escenario, los estudios jurídicos y sus profesionales se encuentran frente a un gran desafío y a una gran oportunidad, y la clave será estar preparados para comprender e incorporar los cambios que están impactando de manera significativa en las personas y las organizaciones. Es el momento de que tomen la iniciativa y den un salto cualitativo iniciando un proceso de transformación digital que genere valor agregado al cliente y potencie la experiencia y la inteligencia organizacional.
¿Los estudios de abogados serán empresas de tecnología en el futuro? Lo cierto es que no sobrevivirán sin ella.
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