El insólito hallazgo de la operación “Naultinus” de Europol descubrió más de 1.100 ejemplares de 62 especies diferentes de tortugas adultas y crías junto a 750 huevos. Fueron incautados por la Guardia Civil española en la operación COAHUILA que se ha saldado, además, con la detención de 3 personas, dos de ellas responsables de la cría y el comercio ilícito de los reptiles.
Esta investigación se ha llevado a cabo en el marco de la operación “Naultinus” de Europol, que ha colaborado en el análisis de información y la coordinación con otros países de la UE como Alemania, Francia, Italia y Austria.
En Mallorca hay dos detenidos y dos investigados de nacionalidad alemana. Y en Barcelona, el tercer detenido y otro investigado, ambos de nacionalidad española. Todos ellos presuntos autores de delitos relativos a la flora y la fauna silvestre, contrabando de especies protegidas y blanqueo de capitales. Asimismo, se ha desmantelado el mayor criadero ilegal de tortugas en Europa.
La operación se inició en el mes de febrero del pasado año cuando agentes de la Guardia Civil del Aeropuerto de Son Sant Joan de Illes Balears detectaron el envío de diversos ejemplares de tortugas de la especie COAHUILA que, precisamente, es la que da nombre a la operación.
Una vez inspeccionado el envío, los agentes comprobaron que parte de los ejemplares presentados no se correspondía ni con los declarados en la partida ni con la documentación identificativa, por lo que procedieron a su incautación.
La mayoría de estos especímenes están amparados por el régimen de protección del Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) al que España esta adherida desde el año 1986. Su finalidad es preservar la protección de las especies mediante el control de su comercio.
El siguiente paso en la operación fue realizar diferentes pesquisas para dar con los responsables de este envío ya que no tenían nada a su nombre. Finalmente, los agentes localizaron una finca rústica en el término municipal de Llucmajor (Mallorca), donde residían dos ciudadanos alemanes.
Una vez acreditada la actividad ilegal, se pudo practicar un registro en el campo, donde comprobaron que “el criadero era mucho mayor de lo esperado y que tenía como finalidad la cría a nivel industrial de diversas especies de tortugas, tanto de agua como de tierra”, señala la Guardia Civil.
Comentarios recientes