Organizaciones civiles crearon una junta de firmas a través de la plataforma de Change.org para exigirle a la ANSES que desvincule en los registros del sistema de asignaciones familiares a los progenitores varones que estén denunciados civil o penalmente, o que no estén cumpliendo con el pago de las cuotas alimentarias. Esto se debe a que al menos el 66% de los progenitores no se hacen cargo de sus responsabilidades parentales con sus hijos e hijas desde lo económico y/o desde los cuidados diarios integrales, sobrecargando así a las madres.

“Según nuestros cálculos, hay 2 millones de familias monomarentales en Argentina que no están accediendo a ningún tipo de asignación familiar por parte del Estado porque ANSES sigue contemplando los aportes del varón progenitor que ya no convive como parte de los ingresos familiares”, contó a Tiempo Judicial, Paola Urquizo, madre activista, docente y psicóloga de grado especializada en psicología clínica y fundadora del espacio “Familias Monomarentales”.

 La psicóloga, que actualmente trabaja con niñxs y mujeres víctimas de violencia de género, explicó que allí donde el Estado ve una familia funcional donde el padre aporta dinero y que, por ende, no necesitan de asistencia económica, “hay una mamá sola informalizada, sobrecargada, sin trabajo remunerado en blanco, haciendo changas para sostener a sus hijos e hijas, en el medio de un juicio de alimentos o no, reclamando alimentos o no”.

Para ANSES, “ese varón está proveyendo con sus recursos a sus hijos/as”, lo cual “es una falacia, es erróneo”. De esta manera, exigen a la ANSES que sólo tenga en cuenta los ingresos de la madre que tiene a su cargo a sus hijas e hijios para el otorgamiento de las asignaciones familiares.

 La junta de firmas a través de chage.org, la plataforma de peticiones más grande a nivel mundial constituida legalmente como persona jurídica, está dirigida a Fernanda Raverta, directora Ejecutiva de ANSES, al presidente Alberto Fernández y al ministro de Economía, Sergio Massa.

Para firmar la petición, ingresar al siguiente link: https://www.change.org/p/reconocer-a-las-familias-monomarentales-exigimos-a-anses-pago-de-auh-y-suaf

El dinero como herramienta de poder

Urquizo se encuentra finalizando la especialización en Políticas de Cuidado con Perspectiva de Género y puntualizando su estudio al fenómeno de la monomarentalidad. De allí surgen dos conclusiones: que en Argentina no existen leyes que entiendan a este tipo de configuración familiar como “vulnerable” y que genere políticas públicas que las proteja, y que la violencia machista del progenitor ausente se perpetúa dentro del sistema judicial.

Cabe destacar que este incumplimiento de las responsabilidades parentales significa un atropello a los derechos humanos no sólo de las mujeres, sino también de los hijos e hijas, que ven deteriorada su calidad de vida y sus derechos como infantes. “Necesitamos visibilizar que el no pago de alimentos no es solo una decisión a causa de que no hay trabajo o de informalidad laboral, sino que se utiliza al dinero como una herramienta más de opresión y de ejercicio de poder de los varones cuando ya no conviven con su pareja”, señaló Urquizo.

Algunas activistas consideran, incluso, que esto podría ser “violencia vicaria”, “que es cuando se quiere afectar a la mujer a través de sus hijos e hijas”. Como consecuencia de esta cadena de desigualdades, desde la petición expresan que 6 de cada 10 niños y niñas menores de 18 años son pobres, y el 53% de las familias monomarentales viven por debajo de la línea de pobreza.

Familias Monomanentales

Este espacio creado por Urquizo está dedicado a visibilizar la violencia económica que sufre gran cantidad de mujeres y niñxs, especialmente luego de su separación, donde las mujeres deben exponerse a juicios por los alimentos o reclamos por la corresponsabilidad parental. Allí Urquizo no trabaja sola, sino que comparte estudios en la materia con Cecilia Bertolino, licenciada en periodismo, madre activista desde Identidad Feminista y con Claudia Hasanbegovic, abogada y doctora en política social. También en la junta de firmas es respaldada por organizaciones como Criando Solas, Abogando Sentidos, Género y Trueque, Charlas Compas, entre otras.

Si bien no existen en Argentina mediciones oficiales sobre la cantidad de configuraciones familiares donde la figura del padre resulta ausente, desde Familias Monomarentales indican sus propias cifras: “Una de cada diez familias es monomarental. Uso ese término porque el 80% de las familias que están a cargo de un solo adulto, está a cargo de una mamá”.

Estereotipos de género en el sistema judicial

Las mujeres que logran denunciar el incumplimiento del pago de las cuotas alimentarias deben, aun hoy, enfrentarse muchas veces a la revictimización en la Justicia, dado a que persiste el estereotipo de género de la mujer “vividora”, “interesada” o “molesta” cuando reclama que el padre cumpla con sus responsabilidades.

 “Se quiere reformar el Poder Judicial, porque es el lugar perfecto que encuentran los violentos para seguir sometiendo y oprimiendo a sus ex parejas e hijos/as porque prolongan los juicios de alimentos, apelan todas las medidas. Se llegan a sentencias irrisorias de alimentos con la complicidad de jueces y operadores judiciales que son aleccionadoras para ellas”, indicó Urquiza, al especificar que muchas mujeres se plantean “para qué hacer un juicio de alimentos, ponerse en el gasto de buscar una abogada si después se llega a una cuota alimentaria de $10.000 que ni siquiera se ajusta automáticamente a inflación”.

 “El sistema judicial mantuvo todo esto oculto, sellado, y en complicidad, salvo en algunos contados casos. Es muy difícil que las y los abogados hablen de violencia económica y que pongan límites en los juicios de alimentos. Por el contrario, son quienes favorecen que se siga perpetuando la victimización sobre las mujeres que quieren preservar los derechos de sus hijos e hijas”, sentenció la entrevistada.

 Esto no solo dificulta el acceso a la Justicia por parte de las madres que atraviesen estas situaciones, sino que vuelve muy complejo el proceso de resolución de estos casos.

 Tal como indicaron las activistas, “el Estado no solo está compuesto por nuestro Poder Judicial”, también hay convenciones internacionales a las que se ha suscripto la Argentina, que ha de desplegar todas las herramientas posibles desde los tres poderes del Estado para erradicar todo tipo de violencia”. El camino está en continuar visibilizando y reclamando los derechos humanos para todos, pero especialmente para todas.