La Corte Suprema de Justicia desestimó un planteo y dejó firme la condena impuesta al exjuez federal de Orán, Salta, Raúl Juan Reynoso, a 13 años de prisión por los delitos de prevaricato y concusión en el marco de la “adopción de resoluciones judiciales vinculadas a la libertad o la situación procesal de personas imputadas en procesos en los que el condenado intervenía en calidad de juez”. En criollo, cobraba coimas para que los condenados obtengan beneficios judiciales.

El exjuez fue condenado por siete hechos cometidos entre 2010 y 2015 por pedido de sobornos a personas detenidas en su juzgado, la mayoría por narcotráfico, a cambio de favorecer su situación procesal, según informó la Corte.

El Tribunal Oral Federal N° 1 de Salta lo había condenado a Reynoso a 13 años de prisión, inhabilitación absoluta perpetua por igual término, inhabilitación especial para ejercer el cargo de magistrado judicial por el término de 35 años y multa.

En tanto, los abogados María Esper Durán y Ramón Valor fueron condenados como partícipes necesarios, a diez años y medio y cuatro años, respectivamente. Todas las condenas fueron confirmadas por la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal y ahora por la CSJN. Y la CSJN desestimando los planteos dejó firme ayer la condena impuesta por el tribunal federal.

Otra causa

El pasado 1 de marzo el Juzgado Federal 1 procesó a Raúl Reynoso y José Luis Bruno, por considerarlos “prima facie” autores responsables del delito de cohecho pasivo agravado. La justicia le trabó un embargo sobre los bienes por $100 millones de pesos y a José Luis Bruno, fiscal federal de Orán, 40 millones de pesos, según informó el Nuevo Diario de Salta.

A modo de ejemplo, la causa cuenta un episodio por los cuales fue condenado el ex magistrado federal: “Uno de los imputados que actúo a manera de colaborador señaló que Arancibia para evitar su detención preventiva lo buscó a él para consultarle si tenía llegada al ex juez para que le solucionara su problema con la orden de captura, por lo que éste contactó a A. E. G. quien, primeramente, dijo que consultaría, luego de lo cual, concretada una reunión, le dijo que para ´solucionar el problema’ el  N°1 habría dicho que “le iba a costar 130.000 dólares”, o sino no habría trato”.