Como los últimos miércoles, se desarrollan en Comodoro Py las audiencias en el juicio en el que se investiga el atentado contra la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Tras las declaraciones de los imputados, Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, durante esta jornada respondieron preguntas testigos del ataque y llamó la atención lo relatado por Cristóbal Elgueta, quien filmó el momento con su celular pero afirmó que la custodia de la ex mandataria le pidió que borrara los archivos.
El testigo, quien señaló que estaba presente porque fue a apoyar a la entonces vicepresidenta, narró: "Me pongo a grabar, Cristina se baja del auto, cruza la calle y se pone a saludar a todo el cordón. Cuando viene hacia nosotros, a través de la pantalla del celular, veo cómo ocurre toda esta secuencia".
Fue entonces que explicó lo que sucedió después. “El jefe de la custodia de Cristina, un señor canoso de saco negro me pidió que entrara al palier del edificio. Me preguntó si había filmado el ataque y, al confirmar que sí, me pidió ver los últimos chats para asegurarse de que no los había enviado. Luego, me exigió que borrara el video”, sostuvo Elgueta, cuyas imágenes se convirtieron en una de las pruebas visuales más contundentes del juicio.
Además, comentó que el hombre le hizo el mismo pedido a Sofía Manusovich, una amiga a quien Elgueta le había enviado el video. “Me pareció raro, claramente. Igual tenía en mente que no se iba a eliminar”, comentó ante la presidenta del tribunal, Sabrina Namer.
Minutos después del pedido, Elgueta señaló que el mismo custodio le dijo que ya no era necesario borrar las imágenes porque había llegado a la televisión.
Cuando Namer le preguntó por qué el custodio le habría realizado el pedido, respondió: "Creo que querían salvarse de la responsabilidad por lo ocurrido bajo su custodia, o tenía que ver con el manejo de la información en el entorno de Cristina".
Por su parte, otro de los testigos, Guillermo Federico García, declaró: "Empecé a escuchar los gritos a unos cinco, seis metros. Empiezo a escuchar a una persona puntualmente diciendo: ‘Tiene un fierro’".
García fue uno de los militantes que atraparon a Sabag Montiel. “Le pongo la mano debajo del cuello, lo levanto, por así decir, y me lo llevo a la vuelta”, dijo, y agregó que mientras lo llevaban, Sabag Montiel afirmaba que "era compañero".
La cifra de testigos que pasaran por el debate se calcula en más de 250, aunque hay versiones que indican que se reduciría para acortar los tiempos del proceso que recién tendría un veredicto en un año.
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