El abogado y escribano Horacio Rosatti, ex ministro de Kirchner y actual juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dijo en una entrevista a Clarín que "la verdadera grieta judicial es entre el juez honesto y el juez corrupto".

 

Se recibió de abogado a los 19 y dice que cuando arrancó sus estudios ya tenía la idea del bien y del mal muy clara. "Siempre ponerse del costado del más débil, es algo que se tiene o no se tiene", dijo en la entrevista con el periodista Eduardo Paladini. Y remarcó que la Constitución Nacional, a partir de la reforma de 1994, tiene la orientación específica del "constitucionalismo social, un Estado proactivo por la igualdad de oportunidades". 

 

En referencia a la orientación constitucional, Rosatti opinó sobre el reciente fallo de la Corte que frenó el aumento en la tarifa de gas: "En la participación popular, para entender un tema que tiene un costado técnico y uno prudencial. El técnico, que uno lo entiende, es lo complejo de generar el gas, llevarlo de un lado a otro. Y el otro, es que tiene que haber una cierta posibilidad de pago. Resolver eso ... En realidad quien debe hacerlo es la política". 

 

"Debo decir que estoy reconocido por el presidente de la Nación, a quien no conozco. El me propuso sin que yo lo conociera, yo nunca lo vi en mi vida, nunca le di la mano, nunca hablé por teléfono con él. Nunca estuve a cinco metros de distancia. Este proceso nuestro fue largo, nunca lo vi en ese interregno. Nunca lo vi después. Y esto habla para mí muy bien de él, que ha propuesto a una persona que le parecía idónea. Yo creo que en ese caso lo que uno debe pensar es que se buscaba un juez independiente", dijo sobre la designación del presidente Macri.

 

Dijo que tiene un buen recuerdo de la época en que fue ministro de Justicia del ex presidente Néstor Kirchner. "Mi experiencia de dos años y medio fue muy intensa y yo recuerdo que trabajábamos con mucha mística. Hay que remontarse de lo que era nuestro país en 2003. Estábamos saliendo de una situación muy complicada y difícil". Y agregó: "Cuando hoy veo lo que veo, lo veo con la mente en blanco, porque probablemente yo tenga que intervenir o fallar, entonces no me gusta ni prejuzgar ni preopinar". 

 

Rosatti expresó que no está de acuerdo en los modos en que se propusieron democratizar la Justicia. "Democratizar la Justicia es hacer sentir cada vez más al juez que es un servidor del pueblo. Que a nosotros nos paga un sueldo, un alto sueldo, el pueblo, y que tenemos que rendir cuentas. Con nuestros fallos y con nuestra conducta. El tema de las declaraciones juradas tiene un costado problemático, que debe ser resuelto sobre la base del sentido común. La gente lo que quiere saber es si el funcionario se ha enriquecido, más allá de la cuantía de su patrimonio. Entonces, lo importante es que se sepa bien qué tiene cada persona. Sería bueno que se sepa todos los años. Hay cosas que son inexplicables a simple vista". 

 

Para Rosatti una verdadera democratización de la Justicia vendría de la mano con la implementación del juicio por jurados en los casos penales. "Eso es democratizar en serio. El pueblo involucrado en la toma de decisiones penales. Está en la Constitución en tres artículos". 

 

Por último, dijo que no veía el problema en que lo hayan ido a visitar desde diferentes sectores, como Justicia Legítima, al momento de su asunción en la Corte. "Acá la verdadera grieta es entre el juez honesto y el corrupto", sentenció.