Es una iniciativa que se realiza en el sector de talleres de la Unidad 41 Campana, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense. La capacitación a detenidso en técnicas de traducción en Braille trae aparejada la solidaridad con escuelas para ciegos que reciben los textos. Esta semana llevaron la donación a la Escuela Especial N° 502 de Campana.

 

La experiencia lleva casi 10 años, y nació en el pabellón 9 cuando a los detenidos se les ocurrió emprender esta tarea solidaria. Le pusieron el nombre “Rayito de Sol” al taller y hoy se suman a esta labor otros oficios como el de costura y cotillón, para juntos reunir más elementos para donar.

 

Esta iniciativa está a cargo de la Dirección Marcelo Inchauspe y la Sección Talleres de la Unidad 41, con el respaldo y la supervisión de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del Servicio Penitenciario Bonaerense, a través del Departamento de Cultura dependiente de la Subdirección General de Educación del gobierno bonaerense.

 

 

Un total de 8 internos integran este taller que tiene como capacitador a otro interno Osvaldo. A través de este oficio con punzó y tablillas de madera producen distintos materiales educativos para  donar a quienes lo necesitan. El trabajo diario que desarrollan los internos en el espacio del taller se extiende desde las 8 a 16. 

 

Entre los materiales que tradujeron al Braille ya se entregaron mapas de la República Argentina Constituciones Nacionales, láminas con el sistema digestivo, el sistema solar, abecedarios, obras clásicas de la literatura infantil como Caperucita Roja y otros cuentos. Inclusive un ejemplar de la Constitución Nacional fue premiado en un concurso provincial.

 

El ministerio de Justicia aportó una máquina Perkins que les permite realizar más rápidas las traducciones, mientras uno dicta, otro escribe. Por la iniciativa “Rayito de Sol” pasaron muchos internos que aprendieron el oficio y actualmente ya se encuentran en libertad.

 

“Estaría bueno poder enseñar esto que aprendimos acá cuando salgamos. Hasta podría ser una salida laboral”, cuenta uno de los internos del taller. “Yo haciendo esto me siento bien porque hago bien a las personas”, cuenta Nicolás, otro de los internos. “Inclusive volver al penal una vez que obtenga mi libertad para poder seguir capacitando a más compañeros” detalla.