El doctor especialista en Holocausto y autor del libro Historia de la Solución Final tuvo su exposición mediática por ser el primer juez del Caso Ciccone-Boudou. Titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nro. 3 desde 2004, Daniel Rafecas, recibió a Tiempo Judicial, en su despacho de Comodoro Py 2002. Con custodia policial en la puerta, su lugar en el mundo es un oasis de libros jurídicos que deja algún espacio en sus vitrinas para fotos familiares y la clásica graduación en la facultad de Derecho.
“El golpe del 76 puso en marcha la solución final de los subversivos”
Es hincha de San Lorenzo y sus hobbies son leer y jugar al fútbol con sus amigos. Se define como “de la época de Petrocelli” (Tony, abogado de la Serie de TV estadounidense de 1974-1975) y entró a la Justicia a los 19 años por un primo hermano de su mamá que era juez de sentencia. Empezó como meritorio en 1987. Había terminado el servicio militar, estaba cursando la carrera de Abogacía y ya lleva 25 años en tribunales, luego de haber recorrido todo el escalafón administrativo siempre en el fuero penal ordinario. Antes de llegar al cargo de magistrado, se desempeñó como secretario letrado de la Procuración General de la Nación y concursó para varios cargos, hasta que en 2004 fue nombrado juez por el ex presidente Néstor Kirchner. Sobre su rol en la justicia aseguró que: “La justicia siempre me gustó. Esta idea de darle a cada uno lo suyo siempre la tuve desde chiquito”.
¿Cuál fue la causa más compleja que le tocó?
“Sin lugar a dudas la causa más compleja por muchas razones que me complicó y me complica es la causa donde se investigan crímenes de lesa humanidad en el contexto del Primer Cuerpo del Ejército. Son tramas de crímenes que abarcan muchos autores y cómplices con cientos de víctimas. Al mismo tiempo, es muy complicado por los tiempos porque son hechos que se sucedieron hace 35 años. Entonces el proceso de recolección de la prueba es muy difícil, así como la compatibilización de las múltiples demandas de los querellantes contra las exigencias propias y también correctas de los defensores en cuanto al debido proceso y al principio de inocencia y de culpabilidad. ”
¿Qué testimonio le pareció más impactante o esclarecedor?
“Son muchísimos, la verdad que sí. Todas las semanas tenemos dos o tres testimonios muy duros. Recuerdo el caso de Mario Villani (sobreviviente de 5 campos clandestinos: Club Atlético, El Banco, El Olimpo, el Pozo de Quilmes y la ESMA) que fue muy importante ya que pasó por muchos centros clandestinos y fue testigo de muchísimas experiencias de compañeros que están desaparecidos. De la mano de Villani , el juzgado pudo tener una aproximación del horror de lo que eran los centros clandestinos”.
Metiéndonos en su libro editado por la Editorial Siglo XXI, Historia de la Solución Final . ¿Ser un estudioso de los derechos humanos o estudiar estas causas lo llevaron a investigar sobre el nazismo o al revés?
“Es difícil de responder porque las dos cuestiones van en paralelo. Cuando asumí en el Juzgado 3, ya trabajaba como consejero académico en el Museo del Holocausto y había escrito en la revista del museo. Esos estudios y conocimientos previos de la Shoá me sirvieron mucho para tomar cabal conciencia de la magnitud de los sucesos que habían ocurrido en la Argentina.
El concepto del libro Solución final que pusieron en marcha los nazis para eliminar a los judíos es un concepto que puede ser utilizado en la Argentina. El programa que ponen en marcha Videla, Massera y Agosti el 24 de marzo de 1976 es la puesta en marcha de la solución final de la cuestión subversiva porque durante todas las décadas previas los sucesivos regímenes dictatoriales de Onganía o Lanusse lidiaron y exploraron alternativas para solucionar la cuestión subversiva: Tribunales penales especiales, leyes penales extraordinarias, cárceles alejadas, pena de muerte para delitos subversivos, organizaciones paramilitares como la Triple A, y nada de eso funcionó. Entonces, de esta manera, se pone en marcha la solución final que es el exterminio físico de todas las organizaciones armadas y de todas las personas que, según la dictadura, de algún modo u otro fueron su soporte o ayuda”.
¿Cuáles fueron las medidas de Hitler para demoler el Estado de Derecho en Alemania, donde el derecho tuvo un rol clave?
“El libro está divido en cinco etapas. En la primera, que abarca desde 1933 a 1939, el mundo de los juristas y los abogados tuvo un rol destacado en el camino hacia la solución final, es decir hacia el exterminio. Tranquilizó conciencias y le dio una pátina de legitimidad y legalidad al proceso de discriminación y persecución hacia los judíos. Tres meses después de asumir Hitler el poder, en abril de 1933, se sanciona una ley para despedir a todos los empleados judíos y comunistas de la administración pública. Es una primera ley fuerte por la cual cientos de miles de personas perdieron sus trabajos, incluyendo jueces, fiscales y profesores universitarios y maestros. Las llamadas leyes de Nuremberg en 1935 fueronla otra medida jurídica importante , cuando el régimen nazi rebaja a los judíos alemanes a ciudadanos de segunda categoría, quitándoles derechos sociales, políticos y económicos. Estas leyes se mantuvieron vigentes hasta el final de la guerra y fueron las que condenaron a millones de personas porque definían quién era judío y quién no. En esa misma legislación, se castigaba con la pena de reclusión en un campo de concentración todo tipo de contacto y relación sexual entre arios y no arios o judíos. Estas leyes marginaron por completo de todo contacto a los judíos del resto de la población alemana”.
¿No tuvo oposición interna del resto de los partidos políticos o de la sociedad?
“En 1933 y 1934, sus primeros meses en el poder se dedica a perseguir y a neutralizar todo vestigio de oposición política: comunistas y socialdemócratas, y a potenciales rivales u opositores dentro del partido nazi que podían rivalizar o podrían traerle dificultades a su régimen. En mayo de 1934, en La Noche de los Cuchillos Largos asesina a varios líderes y dirigentes de las SA en un acto de baño de sangre espantoso. En la Alemania nazi, la política de Estado de Hitler era abiertamente totalitaria y criminal. Lo que consideraba legal el régimen era la persecución de los judíos. En Argentina, detrás de una fachada de supuesta legalidad había una fachada de aparato clandestino dedicado al terrorismo de Estado, con lo cual hay un matiz de diferencia entre uno y otro”.
¿Cuál fue el punto de inflexión para el tratamiento de la Cuestión judía?
“Un punto de inflexión fue el 9 de noviembre de 1938 cuando se produce el pogromo de la Noche de los Cristales donde los nazis se dieron cuenta que la opinión pública no acompañaba el espectáculo de la violencia y la fuerza bruta a la vista del mundo. Por esa vía, los nazis no iban a poder resolver la cuestión judía y es a partir de ese momento cuando ponen el tema en manos de las SS y de la burocracia del Estado.
El segundo punto de inflexión fue la derrota del ejército alemán en la batalla de Moscú en noviembre y diciembre de 1941. Una victoria alemana en el frente oriental hubiera significado que el genocidio de los judíos hubiera tenido lugar en el pantano de Siberia, en el extremo oriental europeo, para que mueran de frío, hambre o por fusilamientos, totalmente alejados de la Cruz Roja o de la mirada de la Comunidad internacional. Cuando los nazis advierten que no van a ganar la guerra ante la URSS, cambian de planes y deciden exterminar a los judíos en las cámaras de gas: la solución final de la cuestión judía”.
“A partir de la Segunda Guerra Mundial, el objetivo cambia y se empieza a vislumbrar en el horizonte el proceso genocida que va a desembocar finalmente en las cámaras de gas, en la solución final”. DESTACADO
¿Qué lo relaja de la vida judicial?
“Lo que me relaja de la vida judicial es estar con mis hijos y mi mujer. Jugar al fútbol con mis amigos de toda la vida. Tengo el hábito dela lectura, más precisamente temas históricos como la historia moderna y contemporánea del siglo XX y no me gusta mucho la novela. Soy un sufrido hincha de San Lorenzo”.
¿Cómo se define como juez?
¿Cómo me defino como juez? Uff... (Piensa mucho) Es difícil como definirme. Hasta que llegó este lío (Causa Ciccone-Boudou) siempre traté de tener un perfil bajo. Yo llevo 7 años como juez y no me conocía nadie. Como juez trato de hacer lo mejor posible y lo que me guía siempre es el apego a la Constitución Nacional y a las leyes. Esa es la definición de lo que tiene que ser un juez. Y cumplir mi función de la mejor manera.”
RECUADRO
CAUSA CICCONE-BOUDOU
El magistrado que no quiso hacerse conocido por tener en sus manos la causa que a esta altura se llevó puestos al mismo Rafecas, recusado por la Cámara, al procurador general de la Nación, Esteban Righi, al fiscal de la causa, y donde el Congreso logró aprobar la estatización de la empresa ex Ciccone, actual Compañía de Valores Sudamericana. Esta empresa habría sido favorecida fiscalmente por el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, actual vicepresidente.
“Antes de la Causa Ciccone no me conocía nadie”, deja entrever el juez, quien dijo que “siempre quise mantener el perfil bajo durante toda mi carrera”. El caso tomó su irrupción mediática tras la salida a la luz de mensajes de Whatsapp que el magistrado intercambió con un abogado de la causa, Ignacio Iturraspe. Amigo de la familia, el abogado traicionó a Rafecas al mostrar los mensajes enviados entre ellos, lo que provocó la recusación del juez. “Me traicionó. Me vino a ver porque figuraba en una de las empresas involucradas en la causa y me dijo: “la vieja me dijo que venga a hablar con vos. Era un chat íntimo y privado que no tenía que hacerse público. En mi poder la causa era un blef. Sólo estaba la declaración de Laura Muñoz”, sentenció Rafecas para cerrar con esta frase sobre el fallo: “Soy respetuoso del fallo de la Cámara”.
Comentarios recientes