El abogado cruzó al presidente de la Corte por las medidas tomadas en la feria judicial extraordinaria. “Es tiempo de entender que se valora lo que se ha hecho pero que es absolutamente insuficiente. Se debe terminar con los parches. Es hora de cambiar el neumático”, esgrimió el ex presidente del CPACF.
Como dos misiles pero a través de dos medios de comunicación masivos el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, salió a defender la gestión de la feria judicial extraordinaria que iría por su sexta prórroga a fines de junio: “No puede decirse que el Poder Judicial haya desatendido su eminente responsabilidad institucional. Tampoco hay razones para suponer que ello sucederá en el futuro. Es una burocracia estatal y a diferencia de otras burocracias públicas, el cumplimiento de esa misión exige un grado de alta interacción presencial. Los procedimientos preestablecidos así lo requieren”, indicó Rosenkrantz en una columna de opinión en La Nación.
El abogado Jorge Rizzo no tardó en contestarle a través del portal Infobae en una “Carta abierta al presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz” en la cual el ex presidente del CPACF durante cuatro mandatos respondió a la opinión escrita por el presidente de la Corte: “Hablar de burocracia estatal como justificación del actuar parcializado del Poder Judicial, parece casi de Perogrullo y reiterativo el volver a señalar que el judicial es uno de los tres Poderes Constituidos del Estado, pero utilizarlo como fundamentación es banalizar la situación”.
Rosenkrantz había señalado que “durante el aislamiento por la pandemia del coronavirus, el Poder Judicial no ha quedado desarmado ni desautorizado para resolver casos, ni se ha descuidado la protección de los derechos en el marco de la crisis”. Y que “muchos tribunales funcionan ya con absoluta normalidad y otros, con restricciones, pero con amplísimas facultades para tratar no solo temas urgentes y prioritarios, sino temas ordinarios de acuerdo con las particularidades de cada jurisdicción”.
En otro sentido, Rizzo criticó la falta de liderazgo y los parches del poder judicial ante la situación del aislamiento preventivo: “El derrotero de la Corte se debate en una suerte de falta de conducción concreta por cuanto sus resoluciones son meras recomendaciones a las Cámaras, y no órdenes de conducción que disipen cualquier tipo de dudas; la ausencia de llevar a los Acuerdos temas de sumo interés y que podrían colaborar en la solución (…). Esa falta de timón ha puesto a la Corte en una suerte de fantasía que lleva al sofisma popular de pensarse que existe subordinación del Poder Judicial al Ejecutivo, haciendo creer que debe ser ‘declarado esencial’, lo que constituye definitivamente todo un barbarismo constitucional”, espetó el abogado de la agrupación Gente de Derecho.
Medidas tomadas por la Corte en cuarentena
Con respecto a los abogados litigantes, Rizzo explicó que ninguna de las propuestas que acercaron al Máximo Tribunal fueron escuchadas. “Si bien es cierto que la Corte ha tomado medidas para afrontar la crisis, no lo es menos que las soluciones parciales que viene brindando son meros parches que se han surgido tras mucho diálogo entre las autoridades del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal que no se ha cansado de presentar propuestas”.
Rosenkrantz explicó que se designaron "jueces y funcionarios de guardia o turno” y se dieron “amplias facultades a cada cámara federal” para tratar cuestiones urgentes. “Además, se facultó a todos los magistrados, funcionarios y empleados a realizar trabajo remoto aunque no fueran jueces o funcionarios del personal de guardia o turno”, y también indicó que, con el correr de los días, “se amplió progresivamente el rango de materias que podían ser tratadas por los tribunales”.
En el único sentido en el cual parece haber coincidencia es en los cambios tecnológicos obligados por la pandemia que marcarán el futuro de los litigios judiciales o al menos un rumbo a seguir para algunos tribunales y el trabajo remoto.
Rizzo explicó que “es indudable que hasta fines de 2016 se vinieron realizando una serie de avances tecnológicos que generaron un marcado progreso en materia de informatización del expediente electrónico; empero, luego comenzó a empantanarse seguramente por falta de inversión, de interés y, sobre todo por falta de conducción en ese horizonte”. Y desde “el 16 de marzo de 2020 ha quedado negro sobre blanco y ha emergido a todas luces que este tiempo perdido es de difícil recuperación en sólo 3 meses, máxime en tiempos de pandemia. No es posible solucionar los más de tres años de inacción en tres meses y menos aún, en el marco de la cuarentena, única herramienta conocida por el planeta para combatir el flagelo del Covid-19”, agregó sobre los avances tecnológicos.
En la opinión, el presidente de la CSJN hizo un repaso de los cambios tecnológicos y de las acordadas que prorrogaron la feria judicial extraordinaria con algunos cambios: “(…) conviene subrayar, por otro lado, que durante todo este proceso se adoptaron varias medidas destinadas a acelerar y profundizar el proceso de digitalización de la Justicia. La reforma también tendrá un impacto muy positivo en el futuro, pues representa un avance considerable en el proceso de modernización del servicio de justicia hacia un expediente completamente electrónico”.
Por ejemplo, hasta el 8 de junio habían sido presentados 782.058 escritos digitales por los abogados intervinientes en distintos expedientes y los jueces despacharon alrededor de 446.915 resoluciones, todos ellos con firma electrónica, explicó Rosenkrantz.
Carlos Rosenkrantz
Por último, el presidente de la Corte se refirió a los abogados y abogadas litigantes coincidiendo en que su “trabajo ha disminuido, lo que tiene un impacto obvio en sus ingresos. Es comprensible que así sea. El reclamo es entendible, pero no debe ser en modo alguno confundido con un reproche generalizado al Poder Judicial por la presunta desatención de los derechos que requieren protección judicial sin demora. Esa protección se ha garantizado”.
Rizzo contestó que “existen necesidades concretas e imprescindibles, tanto para los justiciables (que son las personas que llevan sus reclamos ante los tribunales de justicia); como para sus representantes, los abogados; cuanto para los demás protagonistas secundarios de los procesos pero vitales para su definición, como por ejemplo son los peritos y auxiliares de justicia”.
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