En el día de ayer declaró en el juicio a Luis Chocobar por la muerte de Juan Pablo Kukok el turista Frank Wolek, quien fue asaltado y apuñalado en diciembre del 2017 en el barrio de La Boca. En videoconferencia desde Kentucky, Estados Unidos, declaró que creyó haber sido golpeado desde atrás y no apuñalado.

El abogado de Chocobar, Fernando Soto, explicó en diálogo con Tiempo Judicial que aún faltan declarar al menos 30 testigos en el juicio y consideró que la declaración del turista fue importante porque contó “como fue atacado por la espalda sin darle aviso y como lo apuñalaron con un cuchillo de 15 cm de hoja”.

En tanto, señaló que esa declaración “revela la peligrosidad de los delincuentes”. El turista en su declaración, relató Soto, no pudo precisar luego del robo nada con respecto a la muerte de Pablo Kukok porque “aunque se fue para el mismo lado no fue para perseguirlos, sino para pedir ayuda porque recibió 12 puñaladas”.

Inspección ocular en el lugar del hecho en La Boca.

Con respecto a la situación de su defendido, el abogado afirmó: “No tengo dudas que fue correcto el accionar, porque si fuera un hurto menor y alguien que corría  sin armas y él dispara para detener su fuga, si bien está obligado a detenerlo, ahí se le podría decir que fue exagerado. En este caso estaban armados y habían manifestado una peligrosidad altísima”.

Soto precisó que en juicio se espera la declaración en los próximos días de los vecinos del barrio de La Boca que corrieron a Kukok porque “lo conocían, de hecho vivía cerca de donde cayó derribado”, y luego se sumaran los testimonios de los policías que intervinieron en el procedimiento junto con los peritos.

“Se verá como ocurrió de acuerdo a testigos presenciales y después como fue el desarrollo mecánico del hecho”, concluyó.

Chocobar se encuentra actualmente imputado por “homicidio en exceso en el cumplimiento del deber”, acusación que puede tener una pena máxima de 5 años de prisión. En cuanto a la familia de Kukok, lo acusa por “homicidio agravado”, que puede tener una pena de prisión perpetua para el policía.