El juez Anzoátegui leyó el veredicto a las 22 horas de este viernes responsabilizando de homicidio culposo al endoscopista Diego Bialolenkier quien actuó con negligencia y lo condenó a 3 años de prisión y 7 años de inhabilitación para el ejercicio de la medicina. Mientras que la anestesista Nélida Puente lo hizo con impericia y fue absuelta en primera instancia.
En línea con lo requerido por la fiscalía y la querella, el juez ordenó la extracción de testimonios contra tres directivos de la clínica La Trinidad para determinar si hubo encubrimiento. Además, le fijó a Bialolenkier una inhabilitación para ejercer la medicina de siete años y seis meses.
El 6 de febrero de 2018, la periodista estaba en la clínica La Trinidad para realizar unos estudios debido a unos dolores abdominales. La endoscopía comenzó a las 17:20 y tuvo que ser interrumpida cinco minutos después por la crisis de saturación que presentó. De acuerdo a la historia clínica, falleció a las 18:15.
Al comienzo del alegato, la fiscal Castany dejó en claro que Pérez Volpin era una paciente sana, sin patologías previas, que había sido derivada por una consulta y que el procedimiento no era de urgencia. Consideró que estaba acreditado que la muerte se desencadenó a raíz de una perforación en el esófago provocada por la manipulación del endoscopio y que, pese a haber tenido señales de dificultad al inicio del procedimiento, en ningún momento Bialolenkier suspendió el procedimiento. Indicó que también tenía la víctima lesiones en el estómago, consecuencia de la maniobra instrumental y del aire que ingresó al cuerpo.
Pericias
Los médicos del Cuerpo Médico Forense que participaron de la autopsia y de la Junta Médicos determinaron que la causa de la perforación que Perez Volpin sufrió en el esófago se debió a una presión mecánica relacionada con aplicar tensión en un punto determinado. Como ejemplo, pusieron la situación de un endoscopista cuando intenta hacer fuerza durante el procedimiento.
En la autopsia se detectaron as lesiones en el esófago y el estómago que coinciden con las situaciones de riesgo que presentan este tipo de procedimientos. Además, se resaltó que las heridas están necesariamente relacionadas con una maniobra instrumental por “una desafortunada ejecución del instrumento”. La fiscalía marcó que la punta del endoscopio, si bien la defensa dijo que era roma, podía tener una pinza que es de metal y que se utiliza para realizar extracciones de muestras. Los peritos explicaron que el 50% de las perforaciones de esófago son de carácter instrumental. Además, descartó por completo la posibilidad de que las lesiones estuvieran con anterioridad.
Con respecto al aire que entró al cuerpo de la víctima, recordó que el endoscopio no insuflaba bien y que, de acuerdo al peritaje realizado sobre el aparato, tenía una salida de aire de 2,2 litros por minuto. De acuerdo a lo explicado por los médicos forenses, la cantidad de aire que ingresó al cuerpo podría haber generado las lesiones que tenía la periodista, al comprimir su corazón y sus pulmones.
La Fiscalía identificó el momento en que se le produjo la lesión en el esófago entre los dos y tres minutos después de haber comenzado la endoscopía. Tras hacer el repaso de cómo se llevó adelante el procedimiento, identificó el momento en que se le produjo la lesión en el esófago entre los dos y tres minutos después de haber comenzado la endoscopia. A la vez, retomó lo declarado por la anestesista cuando contó que colocó una nueva dosis del anestésico porque vio que la paciente movía su brazo. Las dos situaciones habrían ocurrido en el mismo lapso de tiempo.
De acuerdo al MPF, luego de esta situación es que comenzó la crisis y que derivó en que se interrumpiera todo el procedimiento. La fiscalía también hizo hincapié en el mal funcionamiento del aparato, que no insuflaba correctamente y que tenía la numeración limada.
“Bialolenkier ejecutó la maniobra que produjo la lesión en el esófago sin relacionar la dificultad que describió que tuvo al inicio del procedimiento con una perforación”, relató la fiscal y consideró que, de haberlo hecho, podría haber tomado alguna medida de salvataje.
Con respecto a Puente, sostuvo que ella estuvo durante todo ese tiempo allí y que tendría que haber visto alguna irregularidad. Marcó que no pudo afirmar en su indagatoria el ritmo coronario que tenía Peréz Volpin y que eso dejaba dudas de si efectivamente había estado monitoreada cardiológicamente. “El mayor reproche es que conocía y debía conocer los riesgos y que tenía los elementos para saber si se había cometido una perforación”, resumió la fiscal.
¿Y los médicos con actuaron en la reanimación?
La fiscal Castany se diferenció de lo planteado por el Cuerpo Médico Forense y sostuvo que las maniobras de reanimación no fueron las adecuadas para el cuadro que presentaba la paciente. También describió la situación que observaron la cardióloga, los terapistas y finalmente otro anestesiólogo cuando ingresaron al quirófano y que fueron realizándole preguntas y sugerencias al respecto de las formas de reanimación.
Castany explicó, además, que intentó ponerle una máscara a la víctima y no pudo, así como tampoco pudo entubarla. “Puente es médica, tiene conocimientos especiales y la sociedad espera de un médico la objetividad necesaria como para poder reaccionar ante una situación de crisis”, enfatizó.
Pedido de Justicia
El letrado de la familia, Diego Pirota, solicitó que se responsabilice al endoscopista y a la anestesista por el "homicidio culposo" de la ex periodista Débora Pérez Volpin que murió en una clínica privada al realizarse un estudio de rutina en febrero de 2019 siendo legisladora electa.
El abogado querellante pidió 4 años y 5 meses de prisión para Diego Bialolenkier, el endoscopista, que con el aparato realizó una "perforación instrumental del esófago", según los peritos del Cuerpo Médico Forense (CMF) de la Corte Suprema de Justicia. Además solicitó la inhabilitación para ejercer la medicina por 10 años para ambos y 3 años de prisión para Nélida Puente, médica especialista en anestesia.
En la misma línea, la fiscal María Luz Castagni solicitó que los profesionales sean condenados a penas similares: 4 años para Bialolenkier y 3, en suspenso para Puente. También pidió que sean inhabilitados por 10 años.
Pero además fiscalía y querella pidieron investigar por falso testimonio a la instrumentadora Miriam Frías, que estuvo procedimiento y llegó al tribunal, embazada y diciendo que no se acordaba de nada. Y promovieron una investigación por encubrimiento para tres médicos de la clínica.
El juicio
A las 9.30 hs. de la mañana del 22 de julio se inició el juicio en el Salón de Derechos Humanos de la Corte, en la planta baja del Palacio de Tribunales, ubicado en la calle Talcahuano 550, con la presencia de Agustín y Luna –hijos de la periodista- y sus familiares.
El debate oral y público se inició con la lectura del requerimiento de elevación a juicio elaborado por la fiscal Nanci Olivieri, en el que les imputó a Bialolenkier y Puente el homicidio culposo de Pérez Volpin, por haber actuado “en forma imperita, negligentemente y sin observar las reglas del arte de curar” durante la endoscopía que la periodista se realizaba en la clínica privada, a la que había concurrido el lunes por la tarde, producto de unas molestias gástricas, y en la que quedó internada para realizarse una batería de estudios.
Ente los 58 testigos previstos, el primero que declaró en el juicio fue Enrique Sacco, pareja de Pérez Volpin al momento del hecho y periodista deportivo, quien manifestó que Débora había sufrido un malestar abdominal el sábado previo al hecho, que llamó al servicio de emergencias de Galeno y el médico que la asistió le dio una inyección. El lunes volvió a sentir una molestia, por lo que concurrió al Sanatorio de la Trinidad junto a su hijo Agustín, donde quedó internada para que le realizaran una serie de estudios ante la posibilidad de que tuviera una hernia hiatal o un cálculo.
Refirió que en la mañana del 6 de febrero, Débora se encontraba de buen ánimo. Hablaron luego del mediodía y la periodista le dijo que le harían la endoscopia y que luego le darían el alta. También relató cómo se enteró de la muerte de Pérez Volpin y las reuniones que mantuvo junto a los familiares de la legisladora, los directores del Sanatorio de la Trinidad y los médicos intervinientes en el procedimiento y la reanimación.
El endoscopista
El endoscopista Diego Bialolenkier, quien siempre declaró su inocencia y fue acusado por Puente de mentir "jurando por sus hijos" manifestó: “No pude haber causado nada de lo que pasó. Soy inocente, luego voy a hablar". En la última jornada del juicio volvió a pedir su absolución.
En todo el juicio declararon médicos del Cuerpo Médico Forense, Roberto Cohen, Santiago Maffia Bizzozero, Miriam Matoso, Héctor Papagni y Alejandro Rullan Corna, quienes brindaron precisiones sobre el estado de salud de Pérez Volpin, previo y posterior a la endoscopia.
La declaración de la anestesista
Tras ello, el debate continuó con la indagatoria a la médica anestesista Nélida Puente, quien manifestó que hace 35 años que ejerce la profesión y que se desempeñaba como médica anestesióloga en el sanatorio de la Trinidad, efectuando reemplazos de otros anestesiólogos, y en la guardia.
En relación al día del hecho, Puente señaló que a las 11.30 hs. del 6 de febrero de 2018, Diego Bialolenkier la llamó para avisarle que a las 17 hs. tenían programada la endoscopía de la periodista. A las 17 hs. Puente llegó al sanatorio de la Trinidad de Palermo, se cambió y, a las 17.15 ingresó al quirófano N°6 para realizar el estudio, previo corroborar que contaba con los elementos.
Según la médica, habló con Pérez Volpin, le preguntó si tomaba medicamentos o si tenía alguna alergia a lo que la mujer le dijo que no, tras lo cual le colocó el dedal oxímetro y preparó la vía para suministrarle la anestesia, y le pidió que se colocase de costado. Tras ello, “Bialolenkier le colocó el abreboca y comenzó a subir la camilla, porque es alto y trabaja parado” por lo cual ella pidió una tarima para estar a altura. Luego, alrededor de las 17.20 hs. Puente le inyectó la anestesia a la periodista y le dio el visto bueno a su colega para que iniciara el procedimiento.
“El monitor no revelaba anormalidades. Me quedé sosteniéndole el pulsímetro. El estudio se desarrollaba sin ningún problema, hasta que la paciente se movió y se le salió el oxímetro. Cuando trató de colocárselo nuevamente, le toco la panza y me doy cuenta que la tenía dura y el abdomen hinchado. Tenía el abdomen y el tórax hinchados como un tonel. Le aviso a Diego y le digo que aspire el aire y saque el endoscopio”, declaró en el juicio Nélida Puente.
Según sus dichos, se dio cuenta que la paciente había desarrollado un cuadro que no era normal por lo que le pidió a la asistente circulante Frías que llamara a la cardióloga, al tiempo que Bialolenkier le pidió que llamase a los terapistas. Asimismo, Puente pidió mover a Pérez Volpin de espalda, cuando notó que tenía el labio inferior y parpado inferior izquierdos hinchados, por lo que -según sus dichos- pensó que “estaba haciendo una reacción alérgica”, ante lo cual inició las maniobras para recuperar la vía aérea de la paciente.
Siguiendo su relato, Puente indicó que trató de ponerle la máscara laríngea, pero al ver que no entraba decidió intubarla. Sin embargo, debe abortar la maniobra, porque al intentar hacer la laringoscopia “ve que está todo lleno de sangre e hinchado”. En eso llegó la cardióloga para hacer la reanimación. Cuando estaba haciendo la última maniobra de reanimación ingresó al quirófano el terapista quien logró entubarla y recuperar la oxigenación.
Al pronunciar sus últimas palabras antes de la sentencia, Puente le pidió perdón a la familia de Pérez Volpin "por no poder reanimarla" y acusó a su colega: "Estoy indignada por sus declaraciones. Yo pensé que iba a decir la verdad si lo juró por sus hijos".
La querella, la fiscalía y las defensas le efectuaron una serie de preguntas, a las que la anestesista contestó que habían leído la historia clínica de la paciente, que “nada desaconsejaba realizar el estudio”. También sostuvo que antes de iniciar la maniobra el endoscopista le dijo que “no podía meter bien el endoscopio”, por lo que ella ayudó a acomodar a la paciente, tras lo cual el médico pudo colocar la cámara.
En otro tramo de su declaración, la anestesista sostuvo que cuando hizo la primera laringospcopia “me encontré que tenía mucha sangre en la garganta y eso era una hemorragia gástrica” y agregó que “el aire entró por la perforación esofágica que tenía la paciente” y concluyó que “yo estaba haciendo anestesia a un estudio digestivo y lo único que ingresó fue el endoscopio”.
Asimismo, Puente manifestó que le explicó a la familia lo que había ocurrido por orden del director del Sanatorio de la Trinidad y que luego se abocó a completar el informe de epicrisis, donde asentó lo ocurrido dentro del quirófano. También, asesorada por el abogado Gerome –que le fue enviado por la mutual-, y ante la posibilidad de que la familia de Pérez Volpin decidiera que se le practicara una autopsia, concurrió a la comisaría de la zona a presentar un escrito.
En un trámite express, el juicio unipersonal por homicidio culposo de la periodista Débora Pérez Volpin empezó el 22 de julio y terminó el 2 de agosto. Ojalá siempre fuera tan rápida la Justicia para todos los ciudadanos. Ahora, se viene la etapa de otro juicio contra la clínica.
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