La causa de Facundo Astudillo Castro cumple un año. Aun así, genera dudas y acumula traspiés en la investigación sobre su muerte. Para entender la complejidad de la investigación, hace falta realizar un recorrido cronológico con todas las contradicciones que existen y que no permiten que lo ocurrido, aun hoy, se sepa.
Su desaparición
Facundo desapareció el 30 de abril de 2020, en medio de fase uno del aislamiento social y preventivo por el coronavirus. Salió de su casa de Pedro Luro para ir a ver a su novia a Bahía Blanca. Se sabe que fue detenido por la policía bonaerense y luego el rastro se perdió, o al menos es lo que afirman los oficiales.
El caso es que no se supo más de él hasta que por el reclamo de la familia comenzó una intensa búsqueda que concluyó el 15 de agosto, cuando sus restos fueron hallados en un cangrejal de la localidad de General Daniel Cerri. La familia y sus abogados sostienen que la desaparición de Facundo fue forzada, lo que marcaria que fue un hecho de violencia institucional.
Algunas certezas
Facundo salió a dedo desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca, a unos 120 kilómetros. Según pudieron detallar los fiscales que investigan “había pasado la noche del 29 de abril en la casa de un amigo y en la mañana del 30, a las 5.00, inició el viaje a pie por la Ruta Nacional N°3. Tras recorrer los primeros 30 kilómetros del trayecto, Facundo arribó a Mayor Buratovich, donde llegó gracias a un automovilista que lo acercó. El joven tuvo allí su primer encuentro con una autoridad policial alrededor de las 10.00”.
A partir de ahí todo se vuelve difuso. Los testimonios y pruebas “no son suficientes para conformar un relato uniforme y cronológico del derrotero de Facundo”, admitieron los investigadores.
Encuentro con la policía
“Facundo fue interceptado alrededor de las 10.00 por el oficial Mario Gabriel Sosa y su colega Jana Curuhinca a la altura del kilómetro 779, en la localidad de Mayor Buratovich. Durante el procedimiento, Facundo fue fotografiado de espaldas junto a Sosa”, explicaron los fiscales en el informe.
A partir de ese momento no se sabe si Facundo continuó su viaje o si fue trasladado a la comisaria. El DNI fue introducido en la base de datos por violación a la cuarentena y desapareció hasta septiembre.
Según Siomara Flores, vinculada a la policía bonaerense, medio hermana de Curuhinca y pareja de Sosa, declaró que trasladó al joven desde Buratovich hasta Teniente Origone, a unos 25 kilómetros. Esta versión es puesta en duda por los investigadores.
Aun así, y aunque no existe certeza del horario de arribo y de quién lo trasladó hacia allí, Facundo llegó igualmente a Origone. Alrededor de las 15.00 fue visto por dos testigos en el kilómetro 755 de la Ruta Nacional N°3. De acuerdo con el relato, el joven se encontraba recostado a la vera de la ruta.
La última vez que lo vieron
Existe el testimonio del Testigo H, quien dijo que conducía por la Ruta Nacional N°3 a la altura de Origone, aparentemente momentos después de que la policía lo dejó continuar. “El testigo contó que levantó al joven en su vehículo Honda HRV y que se dirigió rumbo a Bahía Blanca. Dijo que le pidió que lo dejara en el primer cruce ferroviario viajando en dirección a aquella ciudad, situado a unos 27 kilómetros de Origone”, relató el informe.
Facundo le dijo al Testigo H que pasaría antes por la localidad de General Cerri a visitar a un amigo.
Aparición de su cuerpo y el análisis forense
El sábado 15 de agosto tres pescadores encontraron su cuerpo, totalmente esqueletizado, en el canal denominado "Cola de ballena", un cangrejal situado en la zona de Villarino Viejo, contigua a la localidad de General Cerri.
En la zona del hallazgo trabajó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) con la asistencia del Gabinete Científico de la Policía Federal. Además de los restos óseos, se encontró una de las zapatillas que vestía el joven a unos 30 metros, "en estado casi intacto", describió el equipo fiscal.
Los resultados de la autopsia fueron: muerte violenta producto de una asfixia por sumersión. Las microalgas obtenidas en la médula ósea del cadáver se correspondían con las que se desarrollan en el estuario de Bahía Blanca, pero el avanzado deterioro del cuerpo no permitió determinar si en la muerte existió participación de terceros o si fue producto de un asesinato, accidente o un suicidio.
La perito de la parte querellante, Emma Virgina Creimer, presentó una disidencia en el dictamen. Indicó que el fenómeno de pink teeth (dientes rosados) que se observó en el cadáver era la consecuencia de un traumatismo vital antemortem, es decir, en vida, y que por lo tanto no podía descartarse la hipótesis de participación de terceras personas.
Dudas
Aun los investigadores no pueden decodificar algunos interrogantes que rodean la desaparición. Entre ellos es la aparición dentro de su mochila -hallada en el estuario casi un mes después que su cuerpo- de la ropa que tenía puesta al momento de ser detenido por primera vez por la policía.
Como segundo punto importante son “los extraños movimientos de algunos patrulleros cuyos dispositivos de georreferenciación los sitúan en fechas y horarios relevantes para la investigación”.
Además, en el allanamiento realizado a la sede policial de Origone el 31 de julio pasado fue hallado en un montículo de basura un amuleto de madera con forma de sandía que contiene en su interior una vaquita de San Antonio tallada, el cual fue identificado por la madre de joven y otros testigos como propiedad de Facundo: un regalo que le había hecho la abuela materna.
Actualidad
Esta semana fue rechazado el pedido de los fiscales a cargo de la causa, Iara Silvestre, Horacio Azzolin y Andrés Heim, para que la jueza federal María Gabriela Marrón se apartada sea apartada del caso.
La titular del Juzgado Federal 2 de Bahía Blanca fue señalada por los fiscales como “parcial”, en sus resoluciones, por eso fue solicitado a la Cámara de Apelaciones bahiense, a cargo de Pablo Esteban Larriera, que la aparte, pero rechazó la apelación para acceder a Casación.
También, el equipo fiscal aguarda que la Cámara Federal haga lugar a medidas de prueba rechazadas por el juzgado, las cuales consisten en el secuestro de dos patrulleros que habrían transitado por Origone en el horario en el que Facundo se encontraba en la zona y otras medidas de coerción que los fiscales consideran indispensables.
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