“En este momento en nuestro país, hay un gran número de personas buscando hijas e hijos que les fueron robados, además de los bebés apropiados durante la última dictadura cívico militar”, explica el texto que acompaña el spot que publicó hace un tiempo la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas en la plataforma de YouTube.
El video de 1:35 segundos tiene más de tres mil visualizaciones, y se focaliza en madres que no tienen a sus hijos por los diversos motivos que sufre la problemática, desde el robo en los hospitales, la separación por cuestiones de fuerza mayor o por haberlo dado en adopción por no poder cuidarlo.
Al respecto, Tiempo Judicial habló con el director provincial del organismo, Alejandro Inchaurregui, quien detalló el trabajo que realiza, desde cuándo y la importancia de un organismo que trabaja de forma incansable para brindar nuevas oportunidades a la recomposición de muchas familias.
El spot es muy concreto ¿Con qué fines fue realizado?
Es una de las piezas audiovisuales de una campaña que se llama "yo soy", que está en la web del Ministerio de Seguridad y que también está en el canal de YouTube "Personas Desaparecidas BA". Es una campaña tendiente a sensibilizar porque, como todos sabemos, las apropiaciones no comenzaron durante 76, sino es una práctica que en la sociedad siempre se desarrolló; apropiarse de chicos ajenos.
¿En qué está enfocada?
En recapacitar, primero porque la gente tiende a recortar el periodo dictatorial y a interpretar que las apropiaciones sólo se produjeron en el contexto del terrorismo estado entre 1976 y 1983. Eso no es así, de hecho, el Banco Nacional de Datos Genéticos para identificar a los hijos de desaparecidos tiene 14.000 negativos. Es gente nacida entre 75 y el 83 que no son hijos biológicos de sus padres, que algunos que son adoptados y la mayoría son apropiados, pero que no son hijos de desaparecidos. Entonces ¿Quiénes son?
¿Es mucha la gente que no sabe su identidad?
Uno se puede dar cuenta que, por cada hijo de desaparecido que fue identificado, hay 100 que no lo fueron, que no figuran sus padres en ningún banco de datos. Hay muchos casos, porque está esa madre, que es la que más tiene constancia de la existencia del niño que le quitaron o entregó, y no hay ningún banco de datos genético. Esa gente no aparece por el estigma social que implica. En general, la sustracción se trata de gente con más poder económico y social sobre gente más vulnerable.
¿Desde cuándo trabaja la Dirección?
Desde el año 2005 en esta dirección, y en lo personal en el salvo el período de la gobernación de María Eugenia Vidal que a mí me echaron. Pero informalmente unos pocos años antes por demanda de la sociedad, porque la propia gente que no tenía donde recurrir y a pesar de que la Constitución Provincial consagra el derecho de todos los bonaerenses a conocer su identidad y origen, dentro de pocos días se va a cumplir el primer año de la sanción de una ley, que todavía no tiene reglamentación, donde se regla sobre la identidad origen. Pero como la demanda preexistió a todo esto, nosotros venimos trabajando hace mucho. De hecho, tenemos publicamos un libro en 2011 que se llama "Tras la Búsqueda", y un documental que se llama "Mujeres Invisibles".
¿De qué tratan?
Es la historia de seis mujeres que no pudieron o no quisieron maternar. A algunas le robaron el bebé, otras lo dieron porque no podía maternar y otras, en situaciones vulnerabilidad; como estar en una cárcel, que le quitaron el bebé porque piensan que parte de la condena, además de privación de la libertad, es privarla de la maternidad. También otro subconjunto de madres que le quitaron los bebés porque son pacientes psiquiátricas.
¿Cuántos casos resolvieron desde la Dirección?
En todos estos años hemos resuelto más o menos 1.100 casos, que se divide en tres tercios: gente que era adoptada y que quería conocer su origen. Eso es mucho más fácil porque suele haber expedientes, uno de donde se declara la adoptabilidad del niño o niña y otro, el de adopción. Otro tercio serían las apropiaciones, en las cuales hay que hablar con los allegados de la persona apropiada y tratar de que aporten información. Y un tercer tercio sería gente que nosotros le llamamos extrañamientos, que es gente que se desvinculó de su familia durante décadas, sobre todo por cuestiones de migraciones internas, de trabajo porque los crio una familia ajena a la familia biológica y esa familia se mudó y hay algo que roza con la pérdida de origen.
Es una gran cantidad de casos…
El año pasado resolvimos 27 casos e ingresaron algo más de 200, pero hay que seguir trabajando.
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