El viernes pasado juró Karina Giselle Andrade en la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, en una ceremonia realizada bajo estrictos protocolos, como nueva jueza de primera instancia en el fuero Penal, Contravencional y de Faltas.

El evento contó con la participación de la vicepresidenta del Tribunal Superior de Justicia de CABA, Marcela de Langhe; el titular del Consejo de la Magistratura local, Alberto Maques; el Fiscal General Juan B. Mahíques y la presencia virtual de 200 asistentes. Entre ellos la titular del máximo tribunal, Inés Weinberg; como de su colega, Luis Lozano.

El juramento de la nueva funcionaria fue tomado por De Langhe, que presenció de primera mano como Andrade juró sobre un tomo de la Constitución Nacional y otro de la local con la fórmula laica de juramentar por la Patria. Luego del “si, juro”, el salón se colmó de aplausos mientras la nueva jueza se acercó al margen izquierdo de la mesa donde estaban ubicadas las autoridades, para firmar el libro.

Según informó el medio iJudicial, la nueva magistrada porteña celebró que fuera precisamente una mujer quien le tomará juramento y afirmó: “sabemos del techo de cristal y de lo que nos cuesta ocupar lugares de tanta responsabilidad”.

Además, señaló que sus expectativas “se vinculan con el ejercicio de su rol de una manera democrática, lo que incluye el uso de un lenguaje claro de cara visible a los justiciables, con una clara perspectiva de género para generar igualdad. Creo que para eso ejercemos nuestra función”, subrayó.

Andrade expresó, utilizando un paralelo de la asistencia a un juzgado y un consultorio médico, que “nadie va a esos lugares estando contento; sino, con un conflicto. Ya sea porque está imputado y está transitando un proceso penal; o es víctima o así se siente. Entonces poder atender a eso, como a personas que están dentro de un conflicto, y no como meros papeles o ‘pdfs'”.