A través del decreto 482/2021 el gobierno nacional declaró el "estado de emergencia hídrica" por 180 días en la cuenca del río Paraná. La zona, que incluye a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sufre la peor bajante en los últimos 77 años.
El decreto fue publicado este lunes en el Boletín Oficial y explica que la emergencia fue declarada a causa de la falta de lluvias en las cuencas brasileñas del río Paraná, del río Paraguay y del río Iguazú que genera la bajante. Este grado de bajante del río se vieron por última vez en 1944 y 1971, entre los factores para esto están, además del cambio climático, la deforestación en las cuencas y las represas existentes.
La decisión llega luego de que hace unos días desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación explicara que “lo que está pasando es típicamente un problema ambiental”. El secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la cartera, Sergio Federovisky, fue quien explicó que la sequía del Paraná "es un evento extremo que tiene origen en el cambio climático y es acentuado por la desforestación en la cuenca y la reducción de los humedales”.
El decreto publicado hoy lleva la firma del presidente de la Nación, Alberto Fernández, y del jefe de gabinete Santiago Cafiero en su rol de presidente del Consejo Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil.
Además se instruye a diferentes áreas del Gobierno a adoptar medidas para "mitigar las consecuencias de la grave situación que genera la bajante". Esto es, "resguardar la tutela de los derechos y garantías de las personas afectadas por la emergencia hídrica", consigna el decreto en sus considerandos y suspende, los plazos dentro de los procedimientos administrativos regulados por el Reglamento de Procedimientos Administrativos
También se instruye a los ministerios de Desarrollo Productivo y al Ministerio de Trabajo para que, "en el marco de sus respectivas competencias" adopten las medidas necesarias con el objeto de preservar la continuidad de la actividad productiva y la conservación de los puestos de trabajo en los sectores afectados.
En este sentido, el DNU instruye a muchos ministerios que intervienen en la bajante histórica del río Paraná que puede afectar gravemente a la producción energética argentina con lo cual AFIP, Banco Nación, y cinco ministerios intervienen en el tema con diferentes medidas desde la publicación del DNU.
Por ejemplo, el ministerio de Transporte para que "arbitre los medios necesarios para posibilitar la navegación y los accesos a los puertos mientras dure la emergencia", Economía para que se adopten las medidas necesarias tendientes a asegurar el normal abastecimiento de la demanda de energía eléctrica en virtud del “Estado de Emergencia Hídrica” para procurar el abastecimiento de los recursos primarios críticos, como los combustibles, ante la potencial pérdida de oferta de generación eléctrica por la afectación de la bajante extraordinaria del río y al ministerio del Seguridad para que arbitre los medios necesarios para dar adecuada respuesta a las demandas específicas vinculadas a la emergencia y a integrar las acciones de las distintas áreas involucradas a través del Sistema Nacional de Alerta Temprana y Monitoreo de Emergencias (SINAME).
“Esto que históricamente podía considerarse un evento único, casual, que ocurriera cada siglo y medio, es muy posible que se repita más asiduamente debido al escenario que plantea el calentamiento global”, dijo Federovisky y agregó que “lo que se puede hacer es tratar de morigerar aquellos factores que acentúan el efecto original de la sequía”.
“Necesitamos adaptarnos a los procesos de cambio climático, detener la deforestación, proteger los humedales”, dijo la secretaria de Política Ambiental Florencia Gómez y agregó que hay necesidad de “reducir los impactos de las actividades humanas, por ejemplo, en términos de los residuos que se vuelcan a los ríos”.
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