La jueza de la Cámara Federal de Casación Penal, Ana María Figueroa, dio una entrevista exclusiva a Tiempo Judicial en la que realizó un repaso por su carrera, opinó sobre la presencia femenina en los núcleos de poder y referencia y sobre su propio trabajo.
Con respecto a la perspectiva de género del Poder Judicial, señaló que “la Cámara Federal de Casación Penal es el tribunal con más sentencias de género tenemos en el país, con más de 850 sentencias ya sean por violencia, por lesiones de distinto tipo, trata y utilización para ser pasantes de droga”.
Al respecto, remarcó que el cambio “se gestó con mucho tiempo”, y afirmó: “Hace diez años que ingresé a la Cámara, había dos cuestiones que me preocupaban. Una era lo parado que estaban los juicios de lesa humanidad y el otro era la ausencia de un discurso de género, que lo había investigado mucho en la universidad nacional de Rosario”.
En tanto, hizo un repaso sobre su conflicto con el juez Juan Carlos Gemignani y explicó que no sorprendió porque “en el 2014 había tenido una actitud inadecuada, violatoria con los derechos de género con una funcionaria de la sala a la que él pertenece”.
“En el 2015 -al termino de mi mandato- entró al despacho ofuscado y pegó un portazo que hubo que arreglar las bisagras de la puerta, en el 2016 me denunció en el Consejo de la Magistratura sin fundamentos y el expediente duró tres años hasta que fue archivado por ausencia de todo”, recordó.
Asimismo, la jueza, al ser consultada sobre un posible cargo en la Corte Suprema, concluyó: “Esto surgió de la prensa, y no de quien tiene la lapicera para mandar el nombre al senado. Pero si, debe ser mujer y con perspectiva de género. Es una alegría que te consideren, sin lugar a dudas es un reconocimiento”.
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