"Nunca me imaginé que me iba a pasar lo que me pasó", dijo la mamá de uno de los cinco bebés muertos en el Hospital Neonatal de Córdoba, quien reconoció a la enfermera Brenda Agüero, principal acusada de las muertes.
En un nuevo día del juicio fue el turno de Julieta Guardia, madre de Ibrahim, detalló: “No recuerdo nombres, pero sí recuerdo muy bien rostros y el rostro de ella. Me lo acuerdo muy bien, la vi en la sala de prepartos, de partos y de recuperación. No cruzamos palabras, pero la vi. Mi hijo nació sano, nació bien. Me destruyeron la vida”.
Durante su declaración, la mujer se quebró varias veces y pidió disculpas por lo difícil que le resultaba hablar del hecho.
Agüero, por su parte, se mantuvo inmutable como en el resto de los relatos, y cada tanto tomaba notas.
"Me enteré de que mi hijo había muerto por una cantidad terrible de insulina, a mi hijo lo reventaron con esa cantidad que le pusieron. En unas horas se me fue, le reventaron el organismo, su corazón (...). Ya venían pasando cosas y nadie me dijo nada", remarcó.
“No es nada fácil seguir sabiendo que otra persona te quita la vida de tu hijo, la vida no vuelve a ser la misma –definió–. Lo único que pido es que se haga justicia no solo por el mío, sino por las otras criaturas. Lo que hicieron con nuestros hijos es terminar destruyéndonos a todos nosotros", añadió.
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