Que hombres adultos “criollos” persigan y violen a niñas indígenas por una “tradición ancestral” parece una situación de la época colonial. Sin embargo, esto se llama Chineo y actualmente ocurren en Salta, Chaco y otras partes de Argentina.

El Chineo se practica con niñas a partir de los 7 años y mujeres de Pueblos Originarios por parte de hombres blancos terratenientes, con poder económico y político. Por esto, se trata de una costumbre de violencia machista, étnica y racial que se remonta a la conquista española: los españoles llamaban “chinas” a las niñas indígenas, por sus ojos rasgados y esta práctica se perpetúa desde entonces.

Estos hombres se organizan en grupo para “salir a cazar”: animales, plantas, niñas y mujeres del lugar y lo toman como un rito de iniciación sexual, un ritual de hombres para construir su masculinidad.

Eligen mujeres y niñas de lugares alejados, donde denunciar para ellas ante la policía es dificultoso, no sólo por la lejanía física sino también por la desigualdad de poder con estos “criollos”. Además, la Justicia hace caso omiso a estos ultrajes por considerarlos como una “cuestión cultural”.

El Chineo comienza con el acoso: los hombres las persiguen, las observan, las piropean e interceptan. A las niñas las engañan para ganar su confianza. Aparecen en lugares comunes como la salida de la escuela o en su camino a casa y, es por esta razón, que muchas madres y padres no envían a sus hijas mujeres a la escuela.

Al respecto, Tiempo Judicial dialogó con Marilyn Cañio, representante del pueblo mapuche, quien pertenece a una comunidad llamada Cerro León ubicada a 10 km. de la localidad de El Maitén, al noroeste de la provincia de Chubut.

"Estamos denunciando y responsabilizando al Estado de este genocidio, porque detrás del Chineo, están matando las infancias, Las niñas que son violadas en manada no siempre logran sobrevivir, y si sobreviven intentan suicidarse. También tenemos niñas madres, y lo peor de esto es que con esto ellos matan su espíritu indígena", explicó Cañio. También detalló que "estos criollos, empresarios y las personas que van a trabajar en territorio indígena, las eligen dentro de la edad en la que las niñas empiezan a menstruar".

"Hablando con mujeres indígenas de otras naciones concordamos que es muy probable que, si el Chineo se sigue practicando en los territorios indígenas, esas culturas van a desaparecer porque están matando la futura generación de esas comunidades", continuó la referente mapuche, quien interpreta a estas prácticas como "un genocidio espiritual", ya que así "cuando los hombres blancos penetran los cuerpos de las niñas matan su espíritu indígena".

No sólo es acoso y abuso sexual lo que sufren las niñas y mujeres mayormente norteñas, sino que el Chineo las priva de su derecho a la educación, a una infancia libre de violencias sexuales y a la libertad en sí. Una vez producido el Chineo, los hombres devuelven a sus víctimas a su casa.

Cabe mencionar que la naturalización del abuso sexual a mujeres y niñas de pueblos originarios es perpetuada con o sin el Chineo por medio, ya que la edad de iniciación sexual de las niñas en zonas rurales ronda los 10 y 12 años. Ante esto, cabe recordar que una persona menor de edad no puede brindar consentimiento hacia el acto sexual a un adulto. Esto, por definición, es violación y abuso sexual.

El acceso a la Justicia por parte de estas mujeres es nula. El Poder Ejecutivo local naturaliza este tipo de prácticas y no responde ante los pedidos de ayuda de estas mujeres. De hecho, ellas denuncian al Estado argentino por genocidio. Hoy se organizan y salen de sus provincias a buscar Justicia.

Sobre este aspecto, Marilyn también señaló: "No estamos recibiendo apoyo de instituciones o de organizaciones de derechos humanos, no existe hasta el momento algo que nos ayude de esa forma".

Mujeres indígenas alzan la voz

Las mujeres de pueblos originarios se han cansado de acudir a la policía y denunciar estos hechos, sin éxito alguno. Por esto, ellas se han organizado en el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, para exigirle al Estado argentino ser finalmente escuchadas y poner fin al Chineo. Desde ese movimiento aseguraron que este el Chineo “es un genocidio” y que “se van a defender”.

Las mujeres y diversidades indígenas acordaron exigir que el Chineo sea declarado crimen de odio y que sea imprescriptible; que sean separados de la fuerza los gendarmes y policías que cometen estos crímenes y que cuando esos delitos sean cometidos por empleados de las "empresas extractivistas", esas firmas "sean inhabilitadas de por vida para entrar al territorio".

Asimismo, expusieron que deben abrirse centros de contención que debería ser pagado por los violadores. Todos los medios que requieren para su fortalecimiento, deberá ser abastecido con los bienes de los adinerados criollos que violan sistemática e impunemente.

Marilyn indicó a este medio que si bien, en su pueblo mapuche no se habla de Chineo, sí "hay otros tipos de violaciones intrafamiliares, que son más aleatorias", por lo que la violencia de género las une en la misma lucha que las mujeres del Norte argentino.

"Conocí a muchas niñas y mujeres que han sido víctimas de Chineo. De hecho, a nosotros nos llega esto en el 2019 cuando estábamos haciendo una movilización pacífica en el Ministerio del Interior ya que llegaban mujeres denunciando esta práctica. Desde ahí en adelante fuimos conociendo más mujeres que sufrían esto, como de generación en generación", completó.

Y, por propia voluntad, aclaró: "El Chineo no es una práctica cultural de nuestras naciones indígenas; tampoco es una palabra que ha salido de nuestras comunidades. El Chineo es utilizado por el hombre blanco, es un término colonial que expone racismo. Es odio. Ya estamos exigiendo concretar una reunión con el Presidente, pero todo tiende a tardar y mientras tanto siguen habiendo infancias indígenas sufriendo el Chineo".

El Estado busca investigar

Tras reiteradas denuncias por “Chineo”, la presidenta del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Magdalena Odarda, pidió que se investiguen las causas de abuso sexuales a menores de la comunidad wichí de la provincia de Salta, así como también otros tipos de violencia de género, como la psicofísica e incluso el femicidio.

A esto se suman las muchas denuncias que no han sido debidamente investigadas. Por el contrario, muchas denunciantes fueron silenciadas con condicionamientos y amenazas, otorgando una fuerte impunidad a sus agresores.

La titular del INAI explicó que la denuncia va de la mano de la Ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales.

Odarda, en diálogo con Radio Nacional Salta, habló de un caso de abuso sexual hacia una nena de la Comunidad Indígena La Puntana, ubicada en el Municipio de Santa Victoria Este. En este sentido, comentó que “resulta intolerable que en la actualidad se sigan llevando adelante prácticas aberrantes de abuso sexual como el ‘Chineo’”.

“Hicimos una denuncia, justamente para que se investiguen, no solamente los casos concretos de mujeres que hoy están pidiendo el reconocimiento de filiaciones o de prestaciones alimentarias para sus hijos, sino también para que se investigue este crimen aberrante, que es el abuso sexual basado en el concepto de discriminación o de considerar que la mujer es un ser inferior al hombre”, señaló.

*Si sufriste abuso o conocés a alguien que lo haya sufrido llamá al 137 o al 144, para guía y asesoramiento gratuito las 24 horas.