Julieta Silva volvió a ser condenada. Esta vez, por agredir físicamente a su actual esposo, quien debió encerrarse en el baño de su casa para pedir ayuda al 911.
El caso se resolvió mediante un juicio abreviado en Mendoza, donde la Justicia determinó que Silva cometió lesiones leves agravadas por el vínculo. Recibió una pena de nueve meses de prisión domiciliaria, con tobillera electrónica.
El fallo también la declaró reincidente, debido a la condena que ya tenía desde 2018 por atropellar y matar a su ex pareja, Genaro Fortunato.
En aquella ocasión, recibió tres años y nueve meses de prisión por homicidio culposo.
Durante el proceso, la defensa logró que se desestime la acusación por privación ilegítima de la libertad y amenazas, aunque el Ministerio Público Fiscal se opuso al régimen domiciliario por considerar que los antecedentes de Silva ameritan una pena efectiva.
Silva seguró que su pareja la extorsionó con videos privados y negó los episodios de violencia, pero la Justicia no le creyó.





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